El
mundo está repleto de entidades espirituales invisibles que interactúan con la
humanidad, siendo un hecho indiscutible. Pero, en su mayoría, quienes más
interactúan con la humanidad son los de más bajo nivel, del mismo que los
espíritus de los vivos que pululamos en este mundo material. Muchas veces, es
su mayoría, tales espíritus revelan las cualidades propias de los espíritus
rastreros, manifestando celos, envidias, odio, persecución, venganza, o divertirse
asustando, etc.
La
razón de su existencia y participación depende exclusivamente del tipo de
personas que los evocan, pues tales espíritus invisibles solo son atraídos por
espíritus humanos semejantes.
No
obstante, aún si se contactan con espíritus más elevados, quienes no solo no
manifiestan las actitudes negativas de los anteriores, sino comportamientos
medidos, racionales, amables y benéficos, no es gran cosa lo que se obtiene,
poniéndose de manifiesto que no saben o no nos quieren responder todo lo que
preguntamos.
Lo
que más sobresale de toda esa manifestación, especialmente de aquellos que
representan a los muertos, es que los espíritus carecen de información verídica
sobre un Dios Supremo y su Espíritu y del Cristo. Si no existe una contraparte
humana de una consciencia elevada, nada elevado o importante podemos obtener.
Es por eso que sobre el particular nada importante dicen, solo repiten ideas
antiguas o bien ideas nuevas y complejas que nadie entiende ni puede sacar nada
en limpio, sin arrojar más luz al respecto. Nada dicen de estar con Jesús ni
haber visto a Dios. Al contrario, parecería que no les interesa en absoluto
decir algo al respecto.
Un programa televisivo del momento editado en EEUU
donde actúa Theresa Caputo, una mujer con una sensibilidad extraordinaria y la
capacidad de comunicarse con el más allá y sus habitantes, es decir, que habla
con los muertos (recordándonos a otros psíquicos famosos como John Edward, James
Van Praagh, etc.), pone de relieve esta realidad que menciono ante la cual
muchos siquiera sospechan. El contenido del mismo es infantil y hasta ridículo.
Sin embargo, el eje principal del programa gira en torno a demostrar la
existencia del mundo espiritual, al dejar en claro que se comunican con ellos
cuando les revelan asuntos que solo son conocidos por los deudos; y el relleno,
para justificar su presencia, gira en torno a aliviar a quienes han perdido
seres queridos, quienes aparecen llorando de emoción al escuchar que un
familiar muerto le dice que “está bien”, que lo “aprecia y ‘le felicita por
luchar en la vida’, por hacer esto o aquello, que no se sienta culpable de
nada, etc. En ningún momento a nadie se le ocurre preguntar nada sobre ese
mundo espiritual. Todo termina quedando los vivos de este lado muy aliviados de
haberse comunicado con algún familiar del ‘otro lado’, como si nunca a los que
estamos en este mundo nos tocara ‘pasar al otro lado alguna vez’, con lo cual
todo el aporte de ese otro mundo queda envuelto en simple sentimentalismo, sin
contener nada que no fuera trivial.
La
cuestión en realidad es mucho más profunda y muy negativa. La mayoría que desea
contactarse con algún familiar es para saber en qué circunstancias murió o
desapareció, si hubo algún culpable a quién hacerle algún juicio, en descubrir
alguna trama, en escuchar si no le tiene odio porque no hizo lo suficiente para
atenderlo (o alguna otra cosa).
Por
otro lado, la reacción de los escépticos es fenomenal justamente porque no ven
satisfechas muchas de esa clase de interrogantes mundanos, revelando les
interesa un pomo que haya un mundo de seres espirituales alrededor si no
cumplen con sus demandas. Se desahogan diciendo es el timo más grande, para
engañar a tontos. Si fuera cierto, dicen, los espíritus deberían ayudar a descubrir asesinos, criminales,
estafadores; o bien de ganar la lotería, predecir el futuro; o bien conseguir
un buen trabajo, tener suerte en algo, etc.
Lo
de predecir el futuro prácticamente es casi el eje principal, pues si no pueden
predecirlo, automáticamente se tilda de falso, debido a una creencia muy
arraigada de que los espíritus pueden hacerlo, lo cual es completamente falaz.
La idea religiosa de “profecías cumplidas” presupone que desde el lado
espiritual es posible obtener información sobre cosas que ocurrirán en el
futuro, y que si vienen directamente de Dios, esas son verdaderas y confiables,
y sucederán tal cual, pero esa idea está completamente equivocada, pues el
futuro no existe a la manera de sucesos como si estuvieran ya realizados, como
un destino inevitable, sino en la forma de posibilidades certeras de que NOS
ocurran acorde a nuestra posición y direccionamiento al respecto. Por eso todas
las profecías son generalistas de aplicación específica incierta, nunca de
aplicación específica bien definida.
Por
ejemplo, cuando los profetas y místicos mencionan sucesos astronómicos, los
citan como resultado de la voluntad de Dios, lo cual es una expresión
completamente inespecífica. En cambio, un auténtico profeta fue Halley, cuando
predijo con exactitud la reaparición del cometa que lleva su nombre, dando por
el traste todas las ideas místicas relacionadas con la aparición de tales
fenómenos astronómicos.
Lo
cierto es que tanto de un lado como del otro, no existe verdadero interés por
el mundo espiritual y sobre Dios. La gente prefiere no enterarse de nada al
respecto, prefiriendo contentarse con lo poco que supone saber predicado por
alguna religión. Los otros solo se burlan de quienes ‘pierden tiempo con esas
bobadas’. Y ésta es la esencia de nuestro mundo, bastante triste y miserable.
Al
leer a sus detractores (De Caputo), ellos se imaginan que el don de Theresa es
algo como tener una capacidad propia para ser utilizada en cualquier momento
que uno lo decida o alguien se lo pida, olvidando por completo que para
funcionar necesita que estén las entidades invisibles que le puedan transmitir
información. Y justo es decirlo, en diversas ocasiones esos espíritus no tienen
interés o se aburren o simplemente no están presentes.
Theresa
Caputo ha escrito varios libros, entre ellos el más conocido se titula Lo que hay más allá de la vida. Su
principal meta al utilizar este don ha sido, según ella misma lo expone, ayudar
a la gente a recuperarse de la pérdida de sus seres queridos. De modo, que se
corresponde al espíritu propio de Theresa la razón de hacer lo que hace.
Quienes
critican sobre la base de sustento lógico, afirman que ella usa el método 'cold
reading' o 'lectura en frío'. A su vez, la cadena televisiva donde se transmite
su serie, TLC, ha sido criticada por eliminar del programa los errores que
Caputo comete durante sus lecturas.
Sin
embargo, estudios serios realizados en distintas universidades, como en la de
Cornell con el doctor Daryl Bem, o de los investigadores de la Universidad de
Southampton que estudiaron las ECM, revelan, entre otros, que ciertas
conexiones son reales y no un timo. Precisamente es lo que hace intrigante a la
neurociencia en la actualidad, el poder develar la fuente u origen de tales
manifestaciones.
Manifestaciones de los espíritus brindando conocimiento
En
el siglo XVIII, un sueco culto a la edad de 56 años tuvo una serie de
experiencias relativas a la comunicación con el “más allá” mediante sueños y
visiones que lo hicieron famoso. Se trata de Emanuel Swedenborg. Gracias a los
trabajos de La Nueva Iglesia, que ha
publicado en español algunos de sus libros, tenemos acceso a sus pensamientos y
revelaciones. El mismo nos relata que en los cielos los espíritus siguen
discutiendo creencias, interpretaciones y doctrinas con otros de su mismo
nivel. Revelando con ello que el conocimiento y búsqueda de la verdad continúa
en esa región. Ninguno de los espíritus, por más elevado que sea, puede ir y
hablar personalmente con la Fuente de la Vida, como si se tratase de ir a un
lugar específico del mundo invisible dónde una persona conocida como Dios se
halla en un lugar sentado esperando que vengan sus más altos funcionarios a
recibir órdenes y profecías. El concepto que emana del mundo espiritual es que
ellos solo ven a dios con el entendimiento y el sentimiento.
Ello
determina algo realmente muy interesante, y es que si bien la existencia de un
mundo poblado de seres invisibles es una realidad comprobada de manera
empírica, los mismos forman una sociedad estratificada similar a la humana
visible, regida por un poder superior que controla sus vidas.
La
Nueva Iglesia, al dar a conocer las nuevas Escrituras, como ellos la llaman
(muy atinado, porque eso de leer antiguos pasajes escritos hace miles de años,
muchos de ellos mal traducidos, ya es cosa más para un museo que para
satisfacer las necesidades espirituales actuales), afirman que Swedenborg
arroja mucha luz sobre Dios y Jesús y el sentido de nuestra existencia.[1]
El
problema con las “Escrituras” de Swedenborg se halla en su muy extensa
elaboración, requiriendo de mucho tiempo
y dedicación entenderlo. Hay muchos pensamientos realmente inextricables en
sentido lógico, los cuales requieren interpretación, y con ello caemos en la
posibilidad de entender cualquier cosa. No es un manual sencillo donde responde
preguntas e interrogantes, sino que en la medida que escribe, el mismo
Swedenborg demuestra va reinterpretando lo escrito. Nuevamente, para entender
algo nuevo sobre Jesús, no es posible si el buscador no recibe desde arriba el
espíritu que lo guíe a la verdad. No basta con leer la Biblia o las Escrituras
de Swedenborg, ni las ayudas divulgadas por la Nueva Iglesia, ni cualquier otro
libro. Los libros nos ayudan, un grupo de personas o una asociación humana o
cualquier escritor también, pero la creación debe ser nuestra, producto de lo
que realmente deseamos hallar.
Dice él:
“Sé
que muchos negarán la posibilidad de hablar con ángeles y espíritus mientras se
vive en el cuerpo. Otros dirán que es una fantasía, y no pocos afirmarán que
digo todo esto para ganar honores. En fin, mucho se comentará al respecto, que
me dejará imperturbable, porque he visto, oído y palpado.” E.Swedenborg
Como
podemos captar, Swedenborg pudo acceder a diversos tipos de espíritus que le
proporcionaron distintas informaciones sobre muchos aspectos, los cuales se
relacionaron con las doctrinas de la iglesia católica y protestante, a fin de
señalarlas defectuosas, como el dogma central de la Trinidad y la salvación. Lo
que Swedenborg cuenta va en contra de expresiones en los evangelios y al
desarrollo que de ellos hizo el fundador del cristianismo, Pablo. En sus largos
discursos, realmente agotadores, no hay mucho material clave, es como encender
un fósforo en la oscuridad luego de raspar mil cerillas, cada mil cerillas
aparece algo importante, el resto carece de valor por muy repetitivo,
exuberantemente desarrollado, insustancial o simplemente es ilógico o
incomprensible. En ningún momento nos brinda información acerca del Supremo
Dios tal como las religiones lo han instalado, ni de la fuente de la vida, o
aclara sobre el cristo. Todo gira en torno de la existencia humana y de la vida
espiritual en los tres cielos existentes acorde al desarrollo moral y de los
infiernos en el sentido contrario, desarrollado a mi juicio con la intención de hacer perder tiempo o de ocupar a desocupados que no tienen otra cosa que hacer para finalmente agotarlos con semejantes mareos.
Esto que comento lo fundamento en solo tres
libros disponibles de Swedenborg, quien fue un escritor muy prolífico, y la
mayoría de sus escritos se encuentran todavía sin traducir al castellano, pero
en lo poco que hay traducido, aparecen algunas pistas y guías útiles para el
buscador sincero, semejando a picaportes y llaves que permiten abrir las
puertas para hallar los tesoros que el buscador trata de encontrar, resultando ese buscador primario el mismo Swedenborg. En otras
palabras, no aparecen las respuestas servidas en bandeja, las mismas las
tenemos que elaborar personalmente en función de nuestras capacidades y nivel
de consciencia alcanzado de modo parecido a como lo hizo el mismo Swedenborg. De allí que seguir sus prolongados razonamientos resulta demasiado agotador y aburrido.
A pesar de ello, puede resultar muy interesante leer Arcanos Celestes, La Verdadera Religión Cristiana, y especialmente el Apocalipsis Revelado, donde marca una diferencia notable con cualquier otra interpretación conocida de las Escrituras, al recurrir a las llamadas correspondencias. Para leer más sobre este tema pueden ir a Emanuel Swedenborg y los Testigos de Jehová, así como una traducción de Apocalipsis Revelado con comentarios de mi autoría.
También se puede ver el trabajo de otro contactado, que durante comienzos del siglo XX produjo una versión corregida del NT, cuya Introducción traduje del inglés, y que también escribió el libro Comunicación con el Mundo Espiritual de Dios, pudiendo leer mi traducción del inglés con comentarios en el link incorporado.
También pueden leer los siguientes archivos donde analizo a otros contactados modernos en:
Mensajes proféticos Modernos, parte I, II y III
Y en este blog, para saber algo más sobre las doctrinas de Greber: