jueves, 8 de agosto de 2019

Año 303 Inventan el Cristianismo, una novela que se las trae



¡Cuidado con los artilugios!


En una página de biblioteca-Pleyades el muy ufano Señor Conde, autor del libro mencionado arriba, dice:

“Lo he dicho en varias entrevistas:
"Tengo ganas de que al menos un detractor, un defensor de la falsificación, me diga: 'Sr. Conde, en la página tal de su libro está Vd. equivocado'."
Y me dé una razón. Aún no ha pasado.
Sí ha pasado - y se puede rastrear en varias discusiones tenidas en medios de comunicación virtuales - que ha habido detractores, cuatro, que han accedido a leer el libro. Todos ellos han desaparecido de la escena. No han podido seguir argumentando.

En lo sucesivo su postura ha sido "No sabe, no responde".
Me hubiera gustado que hubieran sido nobles y hubieran dado señales de vida. No hacía falta que se disculparan, sólo que retiraran sus objeciones… Pero no.”

La realidad es muy diferente. Cualquiera que le muestre un argumento que no puede contestar, simplemente no le permite comentar más en su página, debiendo hacerlo en otra parte. Eso me ocurrió cuando amablemente estábamos intercambiando pensamientos, y en el momento en que el asunto se le puso difícil, enseguida me pidió que no habláramos más en público, y continuáramos en privado. La conversación prosiguió, publicando el mismo parte de ella en una entrada nueva en su página (Tertulia con Edward…), hasta que al exponer en privado tres argumentos que impugnaban su prueba irrefutable fue él quien decidió cortar definitivamente toda comunicación. Por supuesto, esa parte del intercambio no figura en su página, de hecho, me ha impedido poder contestarle a su exposición final sobre el origen del acróstico “simon”, su prueba irrefutable de su controvertida hipótesis en la entrada por él dispuesta, aparentando que el tal “Edward” no tenía más nada que decir al respecto. En consecuencia, solo siendo deshonesto afirma ufano lo que transcribí arriba.

Por lo tanto, lo que este señor afirma es completamente falso. Los argumentos que rebaten su principal afirmación están, solo que él las elude y no contesta. Pueden acceder al archivo en los links respectivos desde esta página y comprobar la manera astuta de actuar de parte de este señor. En su proceder no se distingue de los líderes religiosos mentirosos y comerciantes del Logos que pululan por este falsificado mundo.

No soy ningún defensor de la iglesia católica ni propongo que el NT es la palabra inspirada procedente de Dios, pero tampoco, por simple odio a la filosofía cristiana, se inventen mentiras para destronarla. Cuestionar falsedades con otras no sirve para nada. De la única manera en que se puede señalar sus defectos es mediante la honesta razón, sin necesidad de recurrir a artilugios ni acusaciones de fraudes y conspiraciones. Es una pena que este señor mezcle los valores y altos pensamientos filosóficos de la escuela griega con argumentaciones falaces para asegurar que el cristianismo es un completo fraude inventado en el siglo IV. En vez de separar la paja del trigo en un contexto consensuado, ataca al NT como una obra fraudulenta sin más, sin darse cuenta que indirectamente también ataca el AT, de dónde el NT abreva la mayor parte de sus doctrinas y esencia espiritual. Se pueden elucubrar muchas “historias” para “explicar” quienes escribieron el NT, del cual se sospecha desde el principio que es fraudulento al carecer de los nombres reales de sus escritores (como también ocurre con la mayoría de los libros del AT), pero de allí a asegurarlo con pruebas irrefutables que fue de ésta y tal manera es muy aventurado. Tenemos otros escritores que han deducido que el fraude comenzó durante el primer siglo, otros durante el segundo, etc. Que no es historia legítima lo sabemos, pero hay quienes consideran que existió alguien que pudo servir de inspiración, lo que parece más probable para que pudiera ser aceptado más fácilmente por los judíos y resultaran más dóciles para Roma, quienes luego lo rechazaron al darse cuenta del bulo, no pudiendo impedir se formara la nueva religión judía en las comunidades helénicas y romanas con su mayoría de prosélitos gentiles finalmente llamados cristianos. Otros, en cambio, creen que fue una especie de fundición ecléctica romana para unificar al imperio. De allí que las ideas de Conde no son nuevas ni originales, pues las podemos encontrar en otros predicadores, como el caso del escritor Tony Bushby, quien ya para el año 2001 comenzó a publicar libros, entre los cuales afirma que el NT fue producido por Eusebio ensamblando diversas creencias que finalmente fueron votadas en el concilio de Nicea en el siglo IV. Para presentar evidencias de su conclusión, entre muchas otras citas relaciona pasajes de dos libros antiguos distintos, revelando no solo adónde acude para generar su tesis sino la manera en que lo hace:

"Investiga estos libros, y cualquier cosa buena en ellos, retenla; pero lo que fuese malo, lánzalo lejos. Lo que sea bueno en un libro, únelo con lo que sea bueno en otro libro. Y lo que fuese que sea reunido, será llamado El Libro de Libros. Y será la doctrina de mi pueblo, que yo recomendaré hacia todas las naciones, que no habrá ninguna guerra más por causa de las religiones”.
(El Libro de Dios de Eskra, op. cit. Capítulo XLVIII, párrafos 31)

"Hágales que se asombren", dijo Constantino; y "los libros fueron escritos de acuerdo a esto."
(La vida de Constantino, iv vol., el pp. 36-39).

(publicados en Los falsificados orígenes del NT y citados también en el blog senderolontananza)

Muchos escritores copian y pegan citando ambos pasajes para multiplicar la ideología, plagiándose entre sí. Sobre el primero mencionado ver textos sagrados, donde podemos encontrar el Libro de Dios de Eskra. Este libro es un tipo de revelación de procedencia desconocida, su relato no pertenece a un libro histórico escrito por alguna persona del siglo IV que llego a nuestros días, sino a parte de una nueva biblia o biblioteca de libros (Oahspe) escrita hacia fines del siglo XIX por un tal John Ballou Newbrough en sesiones de escritura automática, de carácter espiritista. Es decir, espíritus le revelan cómo fue la “verdadera” historia perdida por el humano. E aquí el pasaje citado de este libro Capítulo XLVIII párrafo 31. (Otro sitio de Oahspe)

Sobre el segundo, La vida de Constantino, en principio pareciera que se corresponde al escrito por Eusebio y hecho público luego de su muerte por Acacio, pero ni en el IV vol. ni en ninguna otra parte del libro podemos hallar esas pocas palabras extractadas de un contexto ocultado. Sin embargo de ese libro cita efectivamente Tony Bushby, afirmando que allí se puede leer por primera vez la expresión “Nuevos Testimonios” para referirse al NT escrito por Eusebio supuestamente desde cero por orden de Constantino, lo cual no es cierto, porque en dicho libro solo menciona que se hicieron copias de tales libros ya existentes, lo mismo a lo encontrado en el primer libro citado, del Oahspe, donde menciona que se seleccionaron aquellos que merecían serlo, desechando los que no, aunque es éste último quien manifiesta que eligieron a un hombre para ser declarado Señor y Dios, siendo su nombre Iesu, semejante al Iesu (Jesús) que murió apedreado (no crucificado), conformándose de esta manera El Libro de Libros, el decir, el NT con el AT en el siglo IV, con la clara doctrina de Jesús como Dios hecho hombre y hombre hecho Dios. Como se puede notar, la manipulación ideológica citando obras distintas para crear la confusión viene cabalgando hace rato. Miren por Uds. mismos lo que dice el pasaje aludido del libro de Acacio:

“…nos ha parecido conveniente manifestar a tu sapiencia el deseo de que ordenes (le escribe Constantino) transcribir por expertos calígrafos, escrupulosamente versados en ese arte, cincuenta ejemplares en pergaminos bien elaborados, claramente legibles y de fácil manejo para el uso, de las Sagradas Escrituras, claro está,…” (La vida de Constantino, vol. IV, 36,2)

Nada se puede hallar de lo mencionado por el “mago” Bushby ni de semejantes declaraciones hechas por otros tantos, entre ellos el “mago” Conde. No hubo un armado de libros nuevos, sino una selección y adecuación de los ya existentes propios de distintas corrientes de siglos anteriores, a los que evidentemente se les hicieron agregados y quitas. Pero, más allá de las interpretaciones sofistas de antiguos libros, la evidencia convincente que pretende instalar el autor de la saga objeto de esta entrada es totalmente inconsistente en sus mismos fundamentos, quedando visiblemente expuesto en los documentos que hago públicos a continuación.

Por eso: ¡Cuidado con los artilugios!

Para leer el archivo en .mht pulsar aquí (o en la imagen de la portada del libro al comienzo), donde podrá bajar y leer directamente el intercambio completo, aspectos relacionados con el desarrollo del mismo y su resultado con el señor Fernando Conde Torrens, el autor de la saga.


Si desean hacer sus comentarios luego de leer el material pueden hacerlo aquí mismo o escribiendo directamente a mi correo oyado919@gmail.com.