El hornero es el ave tradicional sudamericana, y es un eximio albañil. Construye sus nidos sobre postes, árboles y en cualquier espacio que considere apropiado. Y entre los espacios modernos están los edificios altos. El de la imagen se corresponde a un hotel de tres pisos, ubicando su nido a casi 8 metros de altura.
El ave de la imagen de arriba es la especie especializada en construir nidos de barro y pasto seco. Son muy hábiles, previendo de antemano el lugar y el diseño que finalmente debe adoptar para adecuarse a cada circunstancia. Por ejemplo, en la siguiente imagen su constructor tuvo que primero levantar una base para obtener una superficie horizontal apropiada donde iría apoyado su nido.
Cuando publiqué la primera imagen en Abril del 2017 sus ocupantes vivían felices en su casa. Pero recientemente al dueño del hotel le molestó ver esa invasión a su propiedad y contrato para que alguien con una escalera de 9 metros de altura escalara desde afuera del edificio y llegara a la ventana para remover el nido.
Por eso, tengo que contarles que los pobres horneros, si bien la pensaron bien, no calcularon que hay humanos con escaleras tan altas que se tomarían el trabajo de causarles daño. Ahora están con su casa destruida. Sin embargo, debo decir que al final, tal como quedó después, está peor que antes. Quien removió el nido no pudo quitar por completo las adherencias del barro en la mampostería, dejando una mancha cuya presencia es más despreciable que el hermoso nido. Luego de varias semanas de removido, capturo la siguiente imagen para que juzguen por ustedes mismos.
Lo bueno que podemos aprender de esto es que en Sudamérica los edificios elevados no deben tener ventanas embutidas sino al ras de la pared exterior, evitando de esa manera brindar espacio suficiente de apoyo para que el Furnaruis rufus pueda usarlos para construir sus nidos.