En respuesta a una pregunta en Quora:
Difícil, sino imposible, que un TJ conteste la
pregunta. Adoptan la contradictoria posición de no reconocer, o tergiversar, o
hasta negar, lo que se encuentra escrito en su propia jw-org cuando alguien se
las muestra.
Frente a esta realidad me permito aportar mayor luz
a la pregunta hecha, ya que casi ni tocan ni desean tocar este tema en público
de manera honrada.
La respuesta corta para cada pregunta es:
- a- En ocasión de cuando necesitan demostrar que el diluvio universal fue un hecho histórico y al mismo tiempo negar que la evolución de las especies tuviese evidencias creíbles.
- b- El
“género básico” es una rara clasificación usada por los TJ mediante la cual
pretenden enseñar que se trata de cada una de las pocas formas de vida creadas
por Dios a partir de las cuales de cada una pueden producirse muchas variedades
de especies en poco tiempo.
Si algún TJ que fuese instruido, científico o
profesor no está de acuerdo con mi definición, le permito que lo aclare para
beneficio del público lector.
Me permito a continuación brindar las evidencias que sustentan lo arriba mencionado.
Los TJ responden muy parcamente cuando solamente tratan
de rebatir las cuestiones que ha hecho surgir el público sobre el tema de la
historicidad del diluvio mundial, y es entonces cuando algún miembro TJ les
hace llegar alguna literatura para que lean su explicación biológica del asunto,
que los lleva a relacionar con el tema de la evolución de las especies.
Cuando los TJ hablan del género “bíblico” no lo
hacen por investigación propia alguna, sino que han copiado de otras
denominaciones protestantes norteamericanas todo el material que ellos
consideran apropiado para su causa, material que es enseñado en casi el 10% de las
universidades cristianas de ese país, proveniente de miembros estudiosos que se
inventan todos los cuestionamientos posibles a la teoría de la evolución de las
especies y la creación de los animales y el ser humano así como de la tierra,
el sistema solar y el universo, para poder desacreditar la investigación y
resultados científicos que no concuerdan con sus creencias sacadas de la
Biblia.
Se considera que casi la mitad de los
estadounidenses creen en el creacionismo
enseñado por la religión, lo que realmente llama mucho la atención el nivel tan
pobre de conocimiento y discernimiento que posee el pueblo estadounidense.
Los creacionistas se dividen en dos grupos
principales, los YEC y los OEC, y luego existe un abanico de diversidad dentro
de tales creencias, entre ellas la de los TJ.
Los TJ se caracterizan por criticar a los YEC al ser
parte de los OEC, y han armado su propia ideología al respecto según están
ellos convencidos se apega mejor a la Biblia, y la usan a veces cuando alguien
que simpatiza o es un miembro de los TJ llega a plantear algo al respecto,
entonces también recurren a algunos libros de su biblioteca, en especial el
titulado: “La
Vida…¿cómo se presentó aquí? ¿Por evolución o por creación?
El principal objetivo del libro consiste en negar el
origen espontáneo de la vida como producto azaroso de la materia, lo que no me
parece para nada insensato. De hecho, mucho de su material está bien presentado
y es respetable el análisis que hace, pero eso no evita que incursionen en
materias que lo llevan a equivocar en sus apreciaciones y conclusiones,
posiblemente por falta de discernimiento movidos por exceso de celo, fanatismo
religioso y lealtad a su causa.
Una evaluación general de ese libro, a pesar de tocar
algunos tópicos respetables, resulta patente apenas se lee cualquier capítulo de constituirse en un
libro creado específicamente para transmitir convicciones emocionales sin
contenido verídico e imparcial, infundiendo en sus lectores la sensación de ser
superiores al resto en sus creencias de la Biblia.
Se parece a una balanza con un elefante sentado en la bandeja del creacionismo y una hormiga del lado de la ciencia evolutiva para demostrar ante los lectores de manera indubitable qué es lo que pesa más como verdad.
Esto hace que a veces, dado que existen ciertas personas algo más inteligentes y no tan fácilmente manipulables al promedio, que al no quedar muy conformes con algunas respuestas haciendo preguntas más profundas, recurran a algún miembro TJ con mayor capacidad, como un “anciano capacitado”, para que pueda “manejar la situación”.
En su literatura, como dice Luis
Santamaría, se encuentran cubiertos todos los flancos, y como
quienes suelen preguntar, son por lo general jóvenes, estudiantes, o personas
adultas inexpertas en el tema, por lo general los dejan calmados.
En tales casos no debe olvidarse que por lo general
quienes preguntan también han decidido creer en la Biblia y ser cristianos. Y
sin duda alguna, unos de los temas más controversiales con los creyentes es el
concepto creacionista enfrentado a muchas disciplinas científicas que
demuestras el error de muchos de los conceptos religiosos y teológicos más
comunes.
Y cuando entramos en este terreno controversial, si
alguien es un adulto y no es un experto zoólogo, biólogo, geólogo, o un
profesor universitario o de escuelas secundarias sobre estos temas específicos (personajes
inexistentes dentro del colectivo de ellos, ya que es imposible de ser engañado
para ser un TJ), no puede por sí mismo investigar, por falta de tiempo, de
poder ir a asesores de confianza, o de leer libros de ciencia al respecto, algo
que le es desalentado hacerlo bajo el pretexto de que corre peligro de perder
la fe y hasta caer bajo el engaño del ateísmo.
En cuanto al concepto de “género básico” los TJ
suelen copiar citas de su literatura donde lo definen, muchas veces con el solo
nombre de “género”.
Por ejemplo, en nwtstg
se lo define:
“En Génesis,
la palabra género no es el término que suelen usar los
científicos, sino que tiene otro sentido. Se refiere a una clasificación
suficientemente abarcadora como para incluir una gran variedad de seres vivos
que no pueden cruzarse con seres vivos de otros géneros.
Lo expresado resulta mal explicado. Primero, no puede
abarcar “a una gran variedad de
seres vivos” (énfasis propio) que se crucen entre sí, al cometer el error de
decir que “no pueden cruzarse” con otro conjunto de variedades de otros géneros, y que al mismo tiempo debe ser
“suficientemente abarcadora” el conjunto de esa gran variedad.
Al expresarse así deberían primero definir de qué
hablan cuando hablan de variedad.
Un definición indefinida lleva a confusión cuando
menciona explícitamente que eso no se corresponde al término de género usado en
ciencia, cuyo aspecto principal no atañe a ser abarcador, sino de solo reunir a
las especies más relacionadas existentes, y por otra parte, la capacidad de
cruzarse entre sí es cuando en ciencia se habla precisamente de especie, cuando
mediante el cruzamiento entre miembros de una misma especie se propaga la misma.
Luego, el que se cruzaren o no con las diferentes especies de un mismo género
(deduciendo que eso debe de corresponder a su concepto de variedad) no garantiza la
propagación de la misma especies.
De allí que esa explicación es una definición muy
confusa y contradictoria.
En yp2
cap.36 dicen:
“…cada “género” encierra el potencial de una gran variedad. Y no hay nada en las Escrituras que nos impida aceptar que se produjeron cambios dentro de cada “género”.”
Aquí están admitiendo “cambios” en lo que para ellos es el “género” bíblico, y a esos tipos de descendientes con los cambios resultantes ellos los definen como “variedad”.
Eso es lo mismo que enseña la evolución, pero ellos se cuidan mucho que sus adoctrinados piensen eso. Eso está cubierto por el modo sofista y certero de expresar ideas ambiguas.
Así, en ejemplos aclaratorios, muestran que el género homo u hombre, el ser humano, se compone
de una “gran variedad” de “seres vivos”, y como todos pueden fertilizarse entre
sí y producir descendencia, pertenecería todo ese conjunto al género de Génesis
(ver ce
cap.7 y cap.8).
Pero eso es precisamente lo que en ciencia se define
por especie del género
homo (o el de gatos y perros domésticos).
Solamente los sapiens hoy pueden tener cruces fértiles dentro del género homo,
pero sus subespecies (antes razas) no se conservan al cruzarse, pues se forman
mestizos. Las otras especies del género homo están todas extintas, y solamente
se pudo comprobar que existió hibridación con la especie neandertal, que desapareció hace 30.000 años.
En su libro Perspicacia…
explican:
“Los
“géneros” mencionados en la Biblia parecen constituir divisiones de formas de
vida, en las cuales pueden producirse cruces fértiles. En tal caso, el límite
que separa unos “géneros” de otros tiene que trazarse en el punto donde ya es
imposible la fertilización. En años recientes el término “especie” se ha usado
de tal manera que ha causado confusión al compararlo con la palabra “género”. ”
De entrada reconocen no saber de qué hablan cuando
intentan explicar los “géneros” que leen de la Biblia (“parecen constituir”), y
luego se definen diciendo que abarcaría a las divisiones donde se pueden
producir “cruces fértiles”, y el límite de esta división de distintos seres
vivos agrupados en su idea de “género bíblico” estaría cuando ya es imposible
“la fertilización” con los de otra agrupación.
Todo lo dicen para tratar de definir su “género”
como algo diferente y especial de la clasificación actual, cuando lo que están
diciendo corresponde exactamente a lo mismo. La ciencia parte de esa premisa
para clasificar los géneros, reuniendo a las especies que los compongan.
Luego mencionan que existe una confusión entre “especie” y “género”, cuando la única confusión
solo está en la cabeza de ellos y a los que ellos intentan enseñar, ya que
biológicamente no existe ninguna confusión en comprender el significado de
especie ni de género (ver definición
científica de especie y de género).
Cuando se escribió el Génesis
ni idea tenían sobre una clasificación de las formas de vida separadas por
géneros agrupados en familias cuyas características estuviesen definidas por sus distintas
capacidades de fertilización.
Eso es un invento muy posterior, prevaleciendo solamente la distinción morfológica como casi la única razón de sus diferencias para las distintas poblaciones existentes.
La idea podía existir, pero se desconocía por
completo tales grupos, más bien solo se hablaba de la procreación entre formas
de vida consideradas “iguales”.
El libro de Génesis habla de otra cosa muy distinta
a lo que pretende que dice quienes hoy lo reinterpretan distinto, como los TJ.
Cuando en pasajes como Gén.1:11, 12, 21, 24 y 25 de la palabra hebrea מִין, min, equivalente a la griega de la LXX γένος, guénos, traducen género, o tipo, donde también se traduce especie, a pesar que en griego, elemental o especie, se escribe ειδη y ειδων, sólo deseaban transmitir la capacidad de continuidad de una forma de vida característica, sea cual fuere, sin cambios, siempre reconocible durante muchas generaciones de manera natural.
Aristóteles reflexionaba en su tiempo sobre la
diferencia entre guénos y eidos, algo así como hablar del género animal y de sus especies, es decir, los términos eran
entendidos diferentes según el contexto. Linneo se basó en Aristóteles para
clasificar las formas distintas de vida (Encyclopedia
Herder)
En hebreo min
significa “partición”, dando la idea de algo que se subdivide sin dejar de ser
lo mismo, significando que procrean siempre el mismo tipo de vida en el transcurso de
las sucesivas generaciones. Por eso, la palabra griega usada al traducir revela
su significado de descendencia, directa o colectiva, conformando una raza,
familia, clan, pueblo, nación, etc.
Un diccionario hebreo moderno define esta palabra
como “especie, a veces una especie (generalmente de animales)”.
Agrega:
“Los grupos
de organismos vivos pertenecen a la misma "especie" creada si han descendido del mismo acervo genético
ancestral. Esto no lo hace excluir de nuevas especies porque esto representa
una partición del acervo genético original. La información se pierde o se
conserva, no se gana. Nuevas especies podrían surgir cuando una población se
aísla y se produce la endogamia” (Dicc.hebreo).
Esta definición incorpora el concepto evolutivo (de
cambio), algo inexistente en el pensamiento israelita de la época de los
patriarcas, semejante al judío de hace 2.500 años.
Dado que las nuevas especies conservan la
“información” genética de la que proviene, se mantiene de alguna manera una línea
genética semejante (parecido morfológico), incorporándose nueva información, no
obstante, no son muy distintas entre sí aunque se admiten cambios.
Pero eso no modificaba el concepto de guénos, pues el diccionario hebreo
español de Soockel en la página 423 dice para min:
ןימ [c. suf.הנימ הנימ, =נחנימ, ונימ, Ez47, 10, םהנימ] Especie, género, variedad Gn.l,lls Lv
ll,14ss Dt 14,13ss.
Aquí vemos que bíblicamente el significado de la
palabra de la que se tradujo guénos
en griego de min del hebreo puede
referir tanto a un género, como a una especie o a una variedad, siempre y cuando se reproduzcan a sí mismos
iguales a lo que los tipifica durante sus generaciones conocidas.
Cualquier otra cosa es hibridación.
Actualmente en biología animal en vez de variedad se usan los términos subespecie y raza.
Por ejemplo, los perros de raza bóxer y los de raza caniche
son dos razas distintas de perros domésticos (a pesar que pueden fecundarse
entre sí), y serían biblicamente en su concepción antigua dos clases de min, porque su raza se encuentra
delimitada geneticamente a una reproducción en la que solo pueden intervenir
progenitores de la misma raza.
De esta manera, el libro de Génesis solo está
diciendo que todas las formas de vida existentes (producto de la creación o
propias de las existentes en la naturaleza) tienen la capacidad de reproducirse
a sí mismas, manteniendo en el tiempo su misma tipología sin cambios que las
diferencien.
Actualmente tratan de decir, ya sea manteniendo una
misma tipología, o cambiando a variedades del mismo tipo básico, que pueden
formarse nuevos min, algo no
contemplado en la mentalidad antigua.
Una cabra, por más que fuere más gorda, más alta, más flaca que otra, con manchas o sin manchas, era una cabra y punto. Mientras se reprodujeran entre cabras, era eso.
Un híbrido no puede ser un min, porque no pueden reproducirse como tales por sí mismos de
manera natural.
No obstante, no hay una tal inmutabilidad, una
delimitación genética perfecta entre cada min
existente. Si así fuese, los híbridos no podrían existir.
No obstante, cada min no puede producir en su generación formas de distinto min o especie.
En ese sentido el pasaje de Génesis dice lo que
realmente se observa a simple vista en la naturaleza.
Hasta aquí todo perfecto.
El problema ocurre de cuándo aparece el tema del
diluvio universal.
Es allí cuando, a partir de quienes creen que ese
relato no es simbólico sino literal, para hacer creíble este relato como un
hecho real, ante la tamaña cantidad de especies existentes conocidas, necesitan
achicar enormemente la cantidad de especies o mines a conservar, y es cuando aparece el término “género básico”.
Le agregan esta palabra para pretender decir que se
correspondería a algún tipo de animal de una familia (taxonómica) que
actualmente se compone de distintos géneros y especies científicos. Pero ya
vimos que son, biblicamente, distintos min.
Pero los TJ y otras denominaciones protestantes, se olvidan de eso e
incursionan en arenas movedizas, resultando en definiciones contradictorias,
como la expresada en
it-1 págs. 1011 a 1013, cuando equipara al “género” con
el concepto taxonómico de familia.
De hecho, hasta hablan del concepto “género
familia”, tratando de asociarlo con el taxonómico unido a
la idea sociocultural de dicho concepto.
Y de ese modo pasan a suponer, por ejemplo, que en
la familia
de los félidos, el género bíblico seria algún
representante ancestral básico de todos los que ahora componen esa familia
taxonómica, que en poco tiempo se diversifica en sus subfamilias con sus géneros
y especies conocidas. Y así con los bóvidos, équidos, etc.
Pero, en primer lugar, esa jamás fue la idea antigua sobre el género, especie o min (ver: Gén.1 sobre tipo).Y en segundo lugar, cuando de este modo logran reducir enormemente la cantidad de min o especies básicas, se topan con otra cuestión que no pueden eludir, que es la que tiene que ver necesariamente con los cambios que debieron ocurrir para dar lugar a toda esa diversificación en la que se agrupan muchas especies distintas en las diversas familias taxonómicas y en tan poco tiempo.
Cuando incorporan esa hipótesis, necesariamente
incorporan el concepto de antepasado
común de un grupo de especies y géneros distintos existentes que componen
las distintas familias taxonómicas, un hecho científicamente comprobado, verdad,
pero que va totalmente en contra del concepto creacionista protestante que no
admite tales cambios en la evolución de las especies como origen de su
existencia, y mucho menos que hayan ocurrido hace apenas 4.000 años con tanta
cantidad de “variedades”, esto es propiamente especies agrupadas con sus
géneros, del mundo animal terrestre.
La ciencia reconoce que existe un sistema rector,
presente en el ADN, mediante el cual cada especie se reproduce a sí misma, y
hoy día, si se perdiera una especie, volver a restaurarla podría ser imposible,
por ejemplo, los casos del dodo
y el tilasino.
Asimismo, si se extinguiera, por ejemplo, la especie
(min) León (Phantera leo, en
peligro hoy debiendo proceder estilo Noé), la misma
no podría generarse nuevamente del min
Tigre (Phantera tigris), ni de ningún
otro felino existente mediante vías naturales. Las especies perdidas no vuelven
a producirse solas de alguien de otra especie dentro de su familia taxonómica
ni de su propio género científico siquiera, sino mediante el proceso evolutivo
que en gran medida es aleatorio y de resultados diferentes. Y los cruces entre
las especies de grandes felinos solo es dar marcha atrás a las especies
individuales formando especies
híbridas nuevas. Hasta de Phantera leo existen tres subespecies diferenciadas
genéticamente con características propias para un ecosistema determinado.
Aún en semejante situación, solamente podría medianamente
salvarse si antes se guardaron criogénicamente de alguna manera efectiva genes
de la subespecie de León (esperma y óvulos), para que luego mediante la
inseminación o implantación artificial, pudiendo llegar a usar si faltaran
vientres de leonas, vientres de tigres en ese caso, se pudiese volver a tener
la especie o subespecie, o min,
perdida de León.
Esto significa lisa y llanamente que no es posible
hablar de una reducción de especies a unos pocos “géneros básicos” para volver
a tener nuevamente todos los min
antes existentes de la familia taxonómica, y un completo absurdo en tan breve
tiempo. Tan solo la especie Phantera onca
tiene una existencia de 2 a 3 millones de años, y todos los del género Phantera
y el Neofelis comparten un antepasado común entre 6 y 10 millones de años.
Sin embargo, los TJ en su argumentación en la
revista Despetad-74
insisten en decirlo.
“Pero, ¿dice
la Biblia que cada planta y animal individual fue creado directamente por Dios?
No, solo los géneros básicos. Dentro de
cada género se podía desarrollar una gran variedad a través de miles
de años. Por ejemplo, muchas clases de gatos diferentes podían desarrollarse
dentro de la familia de los gatos, o perros diferentes en la familia de los
perros, o humanos diferentes dentro de la familia humana.
Sin embargo,
el primer capítulo 1 de Génesis dice que cada género básico
podría producir prole solo “según su género.” Por lo tanto, aunque las
variedades dentro del género podrían aparearse y producir prole, eso
no sería cierto fuera del género.
Un género no podría aparearse y producir prole con
otro género. Ni tampoco podría un género jamás cambiar a
otro género. Eso sería cierto sin importar cuánto tiempo transcurriera.
Por lo tanto, el pez siempre permanecería pez, los pájaros siempre pájaros, los
animales terrestres siempre animales terrestres, y los humanos siempre humanos.
Si la
evolución es verdad, la evidencia debería apoyar un cambio gradual de
un género de cosa viviente a otro género.”
Los TJ hablan de biología como si supieran. Los
gatos y perros diferentes son simplemente subespecies de la misma especie
respectivamente, y se está hablando de razas diferentes que el humano produjo,
y ya vimos que cada raza sería correctamente un min bíblico, y no que los estuviese englobando hace 2500 años,
cuando se escribió Génesis, a todas las razas de hoy y del futuro.
Cuando ellos hablan de que un género no puede
aparearse con otro, se debe entender según ellos definen subjetivamente su
propio género básico, no obstante, si les preguntas cuál sería ese género creado en los Félidos, no lo
saben, y tampoco saben que aun entre los miembros de esa familia tampoco pueden
cruzarse entre ellos para mantener descendencia. Además, cualesquier cruza, de
darse, anula en los descendientes las cualidades de individuales para convertirse
en mestiza o mular.
Pero hay algo que evitan decir en ese mismo párrafo
(que sí dicen en otro lado): el género básico no es solo el de los gatos
domésticos, sino de todas las especies y géneros que componen la entera familia
de los félidos, así como de los bóvidos, équidos, etc. Y eso ya es otra cosa
muy distinta al ejemplo que ellos dan.
Cuando pasan a negar la evolución, lo que exigen es
algo inexistente desde su perspectiva de género básico religioso, porque eso no
ocurre en el proceso evolutivo que la teoría evolutiva ha descubierto y
estudia. Las especies evolucionan de sus ancestros parientes, no de otro género
de una familia taxonómica diferente.
Vean tan solo el árbol filogenético.
Aun así, se han encontrado especies mitad dinosaurio
y mitad ave, como el Archaeopteryx, que los TJ niegan
posea cualidades de reptil, quizás porque su miopía religiosa
les impide ver el cráneo con sus dientes y cola de saurio, viendo solamente los
huesos huecos y plumas.
O la serpiente
con patas encontrada en Brasil y Argentina. O las patas en
antiguos fósiles de ballena como el encontrado
en Egipto, revelando que antes tenían extremidades para
caminar en tierra, que no las necesitan ahora como cetáceos que son. Que se
hallan encontrado esas evidencias fósiles prueban lo que los TJ niegan:
Existieron especies intermedias entre distintos géneros actuales.
Eso habría sido imposible si cada especie creada
debía ser inmutable “según su género” siempre.
El problema se presenta cuando le pides a ellos si
pueden mostrarte cuáles son los “géneros” creados de animales y plantas, es
decir, de pasar de la mera idea conceptual imaginaria a la realidad. En ese
momento dejan de “conversar amablemente”
y se retiran victimizándose, haciendo agua inmediatamente.
Es que no tienen la más mínima idea de qué tipo de
animal o planta es cada género creado por Dios del cual tanto hablan.
Para ellos en modo natural, intuitivo, cualquier
criatura es creada por Dios, con lo cual están simplemente admitiendo que Dios
crea siempre, no en un momento determinado del pasado.
La idea de “género básico” que ellos tratan de
instalar de manera “académica” transmite la diversidad de cada “género creado”,
y significa para ellos una forma de vida creada por Dios según el Génesis del
cual descendieron todas las distintas variedades del mismo género religioso, lo
que en ciencia equivale al concepto de subespecies y razas de cada especie
descendientes de un ancestro común de una época determinada.
Negar eso e insistir en su postura tan confusa es un
absurdo típico de ignorantes, fanáticos y obsecuentes.