Es
increíble ver cómo los comentarios de quienes odian a los TJ se hacen notar por
su bajeza e ignorancia, ignorancia de sí mismos, claro. Los TJ han sido
injustamente juzgados, maltratados judicialmente, y pocos se percatan que son el
grupo de personas más
ingenuo y pacífico del planeta, creyendo lo que creen y hasta entregando su
propia vida por sus creencias si ante ello se vieran enfrentados. Quienes se
enervan contra ellos los acusan de ser ignorantes de la Biblia, de tragarse el
rollo de la central mundial de la W, de ser unos tontos y borregos manipulados,
y de muchas cosas más. Pero, ¿tienen algo mejor que ofrecer a cambio? Nada,
solo odio, ira, bajeza, estupidez, ignorancia, y toda una serie de negatividades
que no merecen la pena su atención. ¿Qué indica ello? Solo una cosa clara:
quienes los atacan y critican lo hacen porque los atacados no son sinvergüenzas
y fallutos como inconscientemente perciben muy bien que son ellos mismos en su
interior pero no logran hacerlo consciente y superador. Son el espejo ante el
cual al mirarse los corruptos no pueden resistir al darse cuenta que resultan
acusados de aquello que les endilgan a quienes saben muy bien que no lo son, a
menos que sean tan torpes e ignorantes, que los hay muchos, pero se creen tan
listos y perspicaces que solo les sirve para enervarse contra gente pacífica
para calmar o justificar sus ineptas conciencias.
Quienes
ataquen a los TJ deberían analizarse muy bien ellos mismos primero para descubrir
hasta qué punto ellos son peores personas y no mejores. ¿Les da rabia que los
TJ sean manipulados mentalmente, engañados con sofismo de alta escuela como
afirman? Más bien, si eso ven, debería darles lástima y ayudarlos con
amabilidad y no criticarlos de manera despiadada. Es cierto que muchos manifiestan
que su crítica sañuda va contra la Central Mundial, pero, ¿de qué sirve?
Esto se parece a los estafadores que usan de la avaricia propia de las “víctimas”
para estafarlos. Siempre habrá “víctimas” mientras esa clase de persona sea
internamente codiciosa y oportunista. De nada servirá denostar o perseguir a los sinvergüenzas
vivillos que se aprovechan de tales situaciones, salvo para proteger a los codiciosos. Pero en este caso es al revés.
Esa organización religiosa con sus enseñanzas ha logrado reunir al grupo más
grande de gente buena e ingenua del mundo, y en vez de apreciarlos los que no
han sido captados, los persiguen y denuestan. Es cierto que entre ellos también
hay malas personas, pero no como en todos lados sino menos, digamos, en menor
intensidad. ¿Que se hacen mal algunas cosas, se oculta? Seguro, como ocurre en
todas partes. Pero ellos son tan ingenuos y tontos que hasta se creen que lo
hacen bien. La mayoría de su colectivo es gente pacífica, trabajadora, honesta,
obediente de las leyes, fácilmente dominables por su Central Mundial, tan
notorio que hasta los mismos miembros del Cuerpo Gobernante llegan a decir, en
este caso en el mismo vídeo de los TJ rusos: “su gran confianza en Jehová nos conmueve”.
¿Hay
alguien que al visitar este lugar pueda darse cuenta del profundo alcance psicológico
de este movimiento y cómo le afecta semejante situación?
Ciertamente
que el suceso ocurrido en la Federación Rusa resulta en una enorme publicidad
mundial ante la cual nadie informado puede eludir. El “pueblo” de los TJ es como
un espejo ante el mundo, y quienes se creen más listos e inteligentes que ellos
deben poder enfrentar lo mismo de todo lo que a ellos se les acusa. Pero, les
adelanto, hasta ahora no pude hallar a ninguno de esos “listos” que puedan
demostrar que no son lo que en otros condenan. No muchos son sinceros y capaces
de enfrentarse a sí mismos.
Son
contadas las personas que habiendo sido TJ y luego han abandonado esa religión,
pudieron superarse y llegar a ser mejores personas que antes. A veces me topo
con alguno en la red, pero son un espécimen raro. Y personas de otras religiones, cuando de alguna manera intercambio con ellos en temas relacionados a su fe o determinada postura que me parece incorrecta, casi siempre la relación culmina de modo ingrato. Nadie está dispuesto en analizar los argumentos, solo en buscar tonteras y machacar sobre ellas para respaldar su disconformidad.
Muchas
gracias por leer