¿Es cierto que en Isaías 40:22 dice que la tierra es esférica?
Un comentarista protestante afirma que el profeta Isaías sabía que la tierra era esférica, no porque fuera astrónomo o filósofo, sino porque se lo dijo Dios. Ese pasaje lee:
“Él está sentado sobre el círculo de la tierra” (Isaías 40:22).
Para dicho pasaje, un teólogo con ayuda de un diccionario de la lengua hebrea explica definiendo el término:
“El vocablo hebreo que Isaías empleó para “círculo” es la palabra khug, que denuncia una esfera, algo redondo (en oposición a plano, cuadrado, o rectangular o triangular). Ahora, que los anticristianos expliquen como es que, si todos pensaban que la Tierra era plana en esos tiempos, Isaías supo que la tierra era algo esférico. Que sepamos, el profeta no era astrónomo ni tenía los medios como para averiguar la esfericidad de la Tierra, entonces, se infiere, "alguien" le tuvo que informar ¿verdad?”
¿Es correcto afirmar que khug significa esfera? Esta persona comete un error de transmisión de conocimiento, por el cual pretende instalar una realidad que no se corresponde con la verdad.
No es necesario explicar que en los tiempos en que se escribió Isaías, había hombres que creían en una tierra esférica, y no eran precisamente profetas judíos, pero sus ideas eran resistidas por el simple sentido común de la gente, incluso de personas informadas, inteligentes y sabias, algo que no podían entender, pues superaba su capacidad de comprensión. No pasaba de ser la creencia de algunos “locos”.
En el Tanaj ese pasaje se halla escrito de la siguiente manera:
Las letras de las cuales se traduce son «al-jug», literalmente “el círculo”.
La palabra para esfera en hebreo no es khug ni jug, sino dur, expresión para señalar algo parecido a una bola, algo esférico que gira.
La Septuaginta, una versión griega antigua de los libros conocidos como el Antiguo Testamento también conocida como la LXX, este mismo pasaje fue traducido de la siguiente manera:
ὁ κατέχων τὸν γῦρον τῆς γῆς καὶ οἱ ἐνοικοῦντες ἐν αὐτῇ ὡς ἀκρίδες ὁ στήσας ὡς καμάραν τὸνοὐρανὸν καὶ διατείνας ὡς σκηνὴν κατοικεῖν
Nuestra sección griega que nos interesa es gyron tes ges, traducido normalmente como círculo de la tierra. Allí aparece la expresión griega γῦρον (guiron) cuyo significado es giro, curva, expresión que puede interpretarse como curvatura, de dónde viene bóveda, aunque normalmente ha sido traducido al español como círculo. Los griegos tenían una palabra para esfera, más específica para expresar algo tridimensional en sentido circular para diferenciar de algo que puede ser circular y plano al mismo tiempo.
Nuestra expresión española «círculo» viene del latín circulus, diminutivo de circus, transmitiendo la idea de alrededor, algo que da vuelta. De allí tenemos la palabra circuncisión. En griego la expresión para denotar algo similar al concepto latino era kuklos, de donde viene la palabra ciclo o cíclico, no obstante tenían otra expresión para designar la idea de vuelta o redondo, era gyros. De modo que ese pasaje puede ser vertido como “redondez de la tierra” sin que nadie se sienta ofendido de ignorante. La expresión latina rotundus es fuente de nuestra palabra española redondo, la cual señalaba algo como una rueda o una esfera. Por ello, se puede interpretar como una rueda plana o también como un globo esférico, pero es imprecisa.
La expresión globo deriva del latín globus, la cual designa una aglomeración de materia o gente, y como toda masa aglutinada tiende a formar una esfera, con el significado de bola (latín bulla), transmitiendo una idea más clara de algo esférico.
Correctamente las versiones españolas vierten “círculo” y no “esfera” para dicho pasaje, es decir, transmitiendo la misma falta de precisión del pasado. No hubiera sido apropiado que fuera vertida al latín como globo o bulla, pues ello nunca les pareció que denotara tal cosa, por eso usaron circulus. Existe una diferencia sustancial entre esfera y círculo: una esfera no puede ser plana, mientras que un círculo si puede. De hecho, la vuelta de las carreras de caballos en un circo romano traduce muy bien la idea de un lugar plano, circular y no esférico.
La discusión que algunos plantean al afirmar que círculo se opone a plano, cuadrado, rectangular o triangular, cuando eso no es cierto, resulta en una manera capciosa de razonar al introducir la expresión “plano”. Un círculo puede ser algo plano y al mismo tiempo poder estar relacionado con algo esférico. Lo mismo que una forma cuadrada o triangular puede señalar un cubo o un tetraedro. La palabra círculo solo se opone a cuadrado o rectangular, pero nunca a plano. De hecho, los cuadrados y triángulos pueden ser perfectamente planos, como también lo puede ser perfectamente algo circular. Por lo tanto, sea que antes creyeran que la tierra fuera cuadrada o circular, la noción fundamental era de considerarla plana. Nadie leyendo Isaías descubrió una tierra esférica. Esa falta de precisión en las palabras fue el resultado de que nadie se atreviera a tamaña empresa de surcar los mares imaginando la tierra como un globo terráqueo, salvo Colón.
Los griegos tenían una expresión para denotar algo como una bola o un globo redondo, algo tridimensional, y era y es sphaira, traducida directamente como esfera. Pero esa expresión no aparece en la Septuaginta, motivo por el cual el concepto de una tierra esférica nunca brotó de ningún lector de la Biblia hasta que los navegantes del siglo XV la descubrieran.
Tampoco aparece en el Tanaj, pues en ninguna parte usan un término que se asocie la tierra con la forma de globo o bola.
En Isaías 22:18, en el Tanaj sí usa la expresión דור (dur, de derecha a izquierda) para señalar algo que rueda sin parar por una superficie, es decir, como una bola, siendo esa la palabra española usada. De hecho, esta expresión hebrea es la que mejor señala algo esférico. Una bola o la tierra como una dur no podía ser bien vista, porque debía estar sólida, bien establecida. Por eso no aparece en el pasaje de Isaías 40:22. Si el profeta en verdad estaba enterado que la tierra era una esfera, hubiera usado esa palabra, pero usó otra distinta que deja una vaga idea al respecto a lectores modernos.
En hebreo y transliterado hallamos el pasaje completo
de Isaías 40:22 como sigue:
הישב על־חוג הארץ וישביה כחגבים הנוטה כדק
שמים וימתחם כאהל לשבת׃
Haioseb al-jug
ha-arets uiosebeha kajagabim hanoute kadoq samaim uaimtajem kaohel lasabet:
El pasaje se traduce:
El-habita sobre-círculo
(de)-la-tierra y-los-habitantes (son)-como-langostas dobla como-cortina cielo
y-(lo)extiende como-tienda para-morar
El pasaje completo de Isaías 40:22 en griego lee:
ο κατεχων τον γυρον της γης και οι ενοικουντες εν αυτη ως ακριδες ο στησας ως καμαραν τον ουρανον και διατεινας ως σκηνην κατοικειν
La traducción completa del griego es:
El posee la tierra circular (toda) y (a) sus habitantes como langostas, él curva el cielo como una cámara y extiende como tienda para morar
Hay quienes al traducir la segunda parte (dobla o curva el cielo como un habitáculo) han llevado para que el pasaje dijera que “extiende como una gasa fina el cielo” y con ello lo atribuyen a la ‘delgada capa atmosférica’ cubriendo la Tierra en sentido curvo, tal como es vista por los astronautas. Resulta interesante notar como antiguos pasajes se “modernizan” pretendiendo con ello afirmar algo que nunca quiso decir. En tiempos antiguos no se tenía una noción de una capa atmosférica sino de una bóveda o dosel semejante a un escudo de bronce (el firmamento) que se encontraba muy elevado y de dónde colgaban el Sol, la Luna y las estrellas.
Ciertamente, si bien en la Biblia nunca menciona que la tierra fuera plana o cuadrada, solo dice que era curva, o circular, lo cual ya es bastante, pues no se contradice con la realidad, aunque la interpretación exacta quedaba a criterio del humano según la época en que viviera. Imagino lo contrariados que habrían estado los humanos antiguos si la Biblia dijera que la tierra fuera una bola o esfera que cuelga en el vacío sobre nada.
Pero, un momento. Sin usar la expresión “bola” o dur, sí dice el resto en Job 26:7:
«El extiende el norte sobre vacío, cuelga la tierra sobre nada.» RV
נטה: natá: estirar, esparcir.
צפן: tsafón y צפוֹן tsafón: norte oscuro, desconocido, tenebroso, boreal.
תּהוּ: tóju: desierto, vacío, yermo, vanidad, cosa que no vale, desolación
תּלא: talá: suspender, colgar
ארץ: érets: tierra firme, territorio
על: en
בּלימה: belimá: la nada absoluta, vacío
Traducción cruda:
«Tiende el norte tenebroso al vacío; cuelga tierra, en nada»
De la LXX nos llega:
ἐκτείνων βορέαν ἐπ' οὐδέν κρεμάζων γῆν ἐπὶ οὐδενός
Traducción literal:
«extiende norte sobre nada cuelga tierra sobre nada»
Este pasaje es muy sugestivo, pues el escritor hace más de dos mil quinientos años dispuso una idea expresada en pocas palabras y antiguas que parece cuadrar perfecto con lo que no hace mucho la humanidad pudo de manera fehaciente descubrir.
Pero tenemos que considerar ciertos detalles de la
expresión hebrea. La palabra talá
sugiere suspender y no apoyar, razonando que si no hay “nada” por debajo donde
se apoye ni nada desde donde “cuelgue”, la tierra se encuentra en medio de la
nada. En líneas generales esto es cierto, pero al expresar un “norte tenebroso”
da a entender que más allá del norte ya no hay más nada, cuando en rigor de
verdad hay tierra si el escritor pensara en una forma esférica. El concepto
sugiere como si uno se acercara a un precipicio saliente, donde no se ve nada
arriba que suspenda la roca ni dónde se apoya. De allí que la única palabra que
obtiene relevancia en el corto pasaje, más que tojú, es belimá. Esta
expresión refuerza la expresión tojú,
denotando la ausencia de algo, asociada a algo conocido, material o sólido. La
LXX usa la misma expresión.
Cuando en el pasado leían ese pasaje, cada cual entendía lo que podía, quizás le resultaba un misterio esa expresión, y nadie imaginaba que hablara sobre una realidad cósmica de una Tierra esférica flotando en el vacío sideral. La idea que todos tenían era como si llegaran a un precipicio en el confín de la tierra..
Aun así, no podemos hallar contradicción entre la Biblia con el conocimiento actual
en dicho pasaje. A pesar de usar palabras del lenguaje de los pueblos antiguos,
en épocas donde la mayoría creían que la tierra era plana o una especie de semiesfera, se las arregló para
no incurrir en error o contradicción alguna, si por ejemplo hubiera expresado que se apoyaba sobre algo. En tan pocas palabras no había tampoco posibilidad alguna de explicar la realidad espacial tal como la conocemos ahora, pero la nada o vacío encajó tanto en la mentalidad antigua como en la actual, si bien, de manera bastante diferente.
Y éste es quizá el aspecto más llamativo del valor de muchos pasajes
de la Biblia,
señalando un aspecto que supera la mentalidad de los escritores que
participaron en su composición.
Sin embargo, ello no significa que la Biblia es exclusiva en este asunto, ni tampoco que por un pasaje donde coincide en solo una palabra descriptiva (la nada) se convalide toda la
Biblia, puesto que existen muchas otras partes y pasajes bíblicos que están equivocados
en sus apreciaciones de la realidad actualmente corroborada. Por otra parte, insisto nuevamente, la Biblia no contiene ningún
pasaje que refiera a la tierra de forma esférica, en cambio, ese pensamiento sí lo podemos hallar en un libro muy antiguo escrito por Herodoto hace 2.500 años relacionado a lo que el llamó fabulas de Abaris,
donde el escritor registra lo que otros opinaban y creían de la
Tierra. Y allí claramente refiere a una forma esférica, literalmente como una bola sacada del torno, algo que el mismo Herodoto no le acreditaba valor alguno, explicando más bien que la entera Tierra se dividía en tres grandes territorios rodeados todos de mar (dudando por falta de evidencias en la zona más boreal) existiendo por tanto los “confines”, algo inexistente en un concepto de una Tierra esférica. La opinión cosmológica de Herodoto es la misma que se halla en Isaías, convalidando de ese modo el concepto de una extensión grande circular de tierra cuyos confines terminaban en la nada. Y sobre este aspecto, no aparece en la Biblia en ningún lugar una mención tan clara como la expuesta por Herodoto sobre la forma de la Tierra para la misma época, mención citada solo a modo informativo pero descreída por el historiador. Esto es un aspecto muy importante para considerar. ¿Quién les reveló que la Tierra es esférica a esos filósofos y forjadores de fábulas a los que Herodoto desmerecía si no lo pudieron siquiera leer de la Biblia? ¿Se los reveló Dios? ¿Qué dios?
Ideas o conceptos acertados escritos antes de tiempo de haber podido ser verificados de modo fehaciente lo podemos encontrar también en otros lugares fuera de la Biblia. Además del caso de ciertos filósofos que cita Herodoto, y de otros como Pitágoras, Platón, Aristóteles; Hiparco y Eratóstenes, también tenemos otro caso 500 años más cercano, en Metamorfosis del poeta
Ovidio, obra latina cumbre culminada a principios del siglo I, donde hallamos la idea
de una tierra que se balanceaba
girando en el éter por el impulso de su propio peso, expresión que también se
encuentra en armonía con una realidad cosmológica descubierta muchos siglos
después. Efectivamente la tierra se ‘balancea’ y ‘gira’ en el espacio bajo el
principio de masas descrito no hace mucho por Newton. Cuando Galileo en el siglo XVII
pronunció “la tierra se mueve”, sus palabras fueron consideradas heréticas,
debiendo abjurar de ellas, so pena de un severísimo castigo social o literal. ¿En cuál pasaje de una Escritura Sagrada judía leyeron los sabios antiguos que la tierra gira y se mueve? No existe ninguna, por lo que tal concepto lo obtuvieron de otra parte.
Si se atribuye una fuente divina a ciertos pasajes de la Biblia, ¿por qué motivo no son atribuidos a fuentes divinas los otros aciertos fuera de la Biblia? Y fueron aciertos realmente sensacionales, donde el pasaje de Isaías 40:22 queda totalmente descolocado, fuera de época, intuitivo pero equivocado, habiéndose perdido una excelente oportunidad de haber revelado una realidad cosmológica. Y por otra parte, ¿a quién le atribuimos los pasajes erróneos en la Biblia?
En consecuencia, quienes pretenden hacer creer que ciertos pasajes bíblicos predijeron realidades antes de ser conocidas, como es el caso de Isaías 40:22, cometen serios errores de comprensión por causa de haber entregado sus mentes a fin de ser moldeadas por otros en quienes han depositado su entera confianza. Lo más grave de ello se percibe cuando tales maestros enseñan a propósito falsedades, actuando con astucia y engaño, logrando con ello convencer a los inexpertos e incautos, siendo tragados vivos.
Como se podrá notar, el tema es más profundo e interesante de lo que aparenta para muchos. Y de pronto, la primera conclusión obtenida consiste en atribuir a la capacidad de la mente humana un logro excepcional, la cual mediante observación, estudio y reflexión encuentra verdades que luego comprueba certeras sin necesidad de leerlas en oráculos divinos primero. La mente es superior a la intuición, superando escritos atribuidos como “Palabra de Dios”.