Es una pregunta subida a Quora, y quien recibió más votos positivos es un TJ, Jason R, quien respondió mediante copy-past lo siguiente: “Para evitar el problema de la creación sería necesario que todo el material del universo fuese infinitamente viejo, lo que no puede ser… El hidrógeno se está convirtiendo constantemente en helio… ¿Cómo es entonces que el universo está compuesto casi enteramente de hidrógeno? Si la materia fuera infinitamente vieja resultaría por completo imposible. Así vemos que, siendo el universo lo que es, la cuestión de su creación no puede ser dejada simplemente de lado”. —La naturaleza del universo, Sir Fred Hoyle (destacado astrofísico y astrónomo).
¿Qué interés pueden tener los testigos de Jehová en hacer
y responder una pregunta sobre física teórica?
Durante mucho tiempo también me preguntaba sobre qué
interés podían tener ciertos creyentes, como los testigos de Jehová, en exponer
su posición respecto a los creacionistas de la tierra joven (YEC en inglés) para
decir que su doctrina basada en la Biblia no está acorde a la ciencia, estando
equivocada y por tanto era falsa, mientras que la de ellos, por ser
creacionistas de la tierra vieja (OEC en inglés), estaban enseñando la verdad
de la Biblia y en armonía con la ciencia; hasta que me di cuenta de cuál era la
razón.
¿Estaba Hoyle estableciendo el hecho de que el
universo tuvo que ser creado de la nada por el Dios de alguna religión como
aparentemente deducen muchos a partir de una cita sacada de contexto de su
libro?
Todo lo que se encuentra resaltado en negrita es lo
que fue eliminado de la cita, donde la parte final es la más importante. ¿Por
qué? Ya se pueden dar una idea. El principal interés religioso es transmitir
que Hoyle solo dijera que “la creación
simplemente no se puede eludir” sin definir de qué tipo de creación se
habla por una cuestión del hidrógeno que casi nadie entiende.
Él estaba hablando de la creación de los elementos
(carbono, oxígeno, calcio, hierro, etc.), los cuales la mayoría se producen en
las estrellas, pero para eso necesitan materia prima, que es principalmente el
hidrógeno, y éste no se forma en las estrellas sino que está presente en la
forma de nubes de gas. ¿De dónde viene ese hidrógeno que abunda por todas
partes en el universo?
En los párrafos siguientes Hoyle propone la
formación o creación constante de
hidrógeno en la medida que el universo se expande.
Quien responde copia unas oraciones que son parte de
la biblioteca de la WT, muy acostumbrada a sacar citas fuera de contexto y
también en basarse en titulares periodísticos engañosos.
Su objetivo principal es establecer por un lado la falacia de autoridad (al mencionar el
origen de la cita diciendo: Sir Fred
Hoyle (destacado astrofísico y astrónomo), y encima hacerlo de manera
deshonesta, para persuadir a incautos y convencerlos de su predicación y hacer
prosélitos para su Dios Jehová, para luego vivir a costa de ellos al someterlos
con el engaño de que solo si continúan siempre así de obedientes van a ser
salvos.
Tengamos en cuenta que estamos tratando en este caso
específico un tema de física teórica, no es parte de la ciencia dura ni
aplicada de la astrofísica, sino su parte más especulativa, que a su vez es la
más dudosa para la mayoría, porque es algo muy complejo de entender. Con lo
poco que sabemos del espacio exterior a partir de experimentos y datos
científicos recabados del conocimiento de la energía atómica y la física
relativista y la cuántica, que hasta el día de hoy siguen separadas, se
proyectan propuestas con toda clase de cálculos matemáticos. Y Hoyle, bastante
años ya, estaba tratando el tema de la expansión y la edad del universo en el
marco particular de su convencimiento de que era eterno, es decir, que nunca
había sido creado de la nada.
Es importante recordar que nada viene de la nada,
eso es un hecho, y la materia no puede venir del espíritu, al ser dos cosas
distintas.
Si bien hoy día la idea de Hoyle de un universo
eterno que se recrea constantemente ha sido descartada, su filosofía puede
tener algún día un reconocimiento mayor. He leído muchas argumentaciones en
contra de un universo eterno, y en verdad no son concluyentes. Se parece mucho
a las creencias religiosas, que son defendidas más por otras razones que por
sapiencia.
Fred Hoyle ha sido muy usado por muchos líderes
religiosos para traer agua (miembros creyentes temerosos) a su molino. Faltaría
decir que “Sir Fred Hoyle (destacado astrofísico y astrónomo)” da pruebas de la
mismísima existencia de Jehová.
Y en cierto modo lo hace, pero no de la manera que
los creyentes como Jason y sus amigos piensan.
El libro La
Naturaleza del Universo, en inglés The Nature of the Universe, publicado a partir de una serie de
conferencias de radio sobre astronomía para la BBC en 1950, fue conocido en
español recién en 1961. Sus propuestas las mantuvo hasta el fin de sus días,
falleciendo en el año 2001.
“Para él, la
idea de que el universo tuvo un comienzo era una pseudociencia "porque es
un proceso irracional y no puede describirse en términos científicos" que
se asemejaba a argumentos para un creador (ver argumento cosmológico Kalām). En
una entrevista de la BBC dijo: "La razón por la que a los científicos les
gusta el Big Bang es porque están eclipsados por el libro del Génesis. Está
en lo profundo de la psique de la mayoría de los científicos creer en la
primera página del Génesis". Fue Hoyle mismo quien acuñó el término
"Big Bang" en la transmisión del tercer programa de radio de la BBC
el 28 de marzo de 1949.” [1]
“Hoyle era un
ferviente defensor de que el universo siempre ha existido (i. e. teoría del
universo estacionario), es decir, que no tiene ni principio ni fin.”[2]
En los párrafos siguientes de su libro lo expone
claramente, pasaje sobre el cual nadie está enterado a menos que haya comprado
y leído su libro. Casi seguro que los de la WT poseen ese libro y están al
tanto de la hipótesis de Hoyle, pero nunca dirán nada de eso, porque otra es su
intención, la de manipular las citas para su provecho.
Hoy día, a pesar del gran avance en el saber, decir
que todo el hidrógeno se formó al comienzo del Big-Bang es tan hipotético como
decir lo que Hoyle, pero al menos él era más lógico al proponer algún tipo de
hipótesis en su posible mecanismo, mientras que el Bing-Bang se atasca
completamente en pretender explicarlo sin dejar el tema entregado a la magia
absoluta.
Quizás se descubra que el hidrógeno, la materia
prima para formar los elementos más pesados, cuando ese proceso de formación de
elementos más pesados en todos los lugares del espacio en los que se encuentra sea
mayor a la cantidad de hidrógeno restante, todo ese material resulte engullido
por un agujero negro, y allí se desintegra y recicla todo, reapareciendo nuevamente
hidrógeno libre para dar paso a la existencia de otro nuevo ciclo, mediante el
cual se forman de nuevo todos los demás elementos más pesados.
Dada la incertidumbre científica sobre la formación
del hidrógeno y el propio Big-Bang, especialmente el momento cero así como el
previo, los creyentes usan esta situación como medio para introducir la
presencia de un Dios que crea la materia de la nada.
En otras palabras, lo que parece magia por no tener
explicación, eso es de Dios, y luego, todos los mandatos divinos a cumplir para
salvarse, en especial, la donación y mantener a los predicadores.
Su retórica consiste en trabajar sobre la ignorancia,
usando argumentos apoyados en la ignorancia (ad
ignorantiam), y al ocultar lo inconveniente logran
que muchos crean completamente convencidos que ese Dios es una persona que se
llama Jehová, el Mago Supremo, y todo lo que ellos enseñen sobre ese Dios es la
suprema verdad.
El problema no es tanto sobre aceptar la existencia
de un Dios incognoscible, sino de tener que aceptar su manera tan distorsionada,
psicótica y evasiva de tratar con la humanidad según algunos creyentes lo
predican.
Pretender que se comunica con la humanidad mediante
viejos escritos en hebreo y griego antiguo requiriendo a una ingente cantidad
de especialistas para poder realizar todas las distintas traducciones existentes,
con muchos errores e incertidumbres, repletos de sesgos y tradiciones humanas, y
cuya sola explicación o correcta interpretación puede provenir de aquellos que
dicen ser sus profetas, hoy día sindicada en una sola religión verdadera que se
atribuye ella misma tal rol, resulta infantil y hasta deplorable para un
supuesto Dios tan excelso como es pintado por los propios creyentes. Más bien
se parece más a una inteligencia torpe y denigrante.
La idea que los científicos puedan tener de Dios son
personales, y muy poco tienen que ver con la teología humana de las distintas
religiones. Las creencias se adaptan a las capacidades de las pobres almas que
nos ha tocado vivir en esta cárcel llamada planeta tierra en la inmensidad
infinita del universo, y las búsquedas de los más capaces se centran más en
todo aquello que tenga cierta lógica y posibilidad de comprobación.
[1] Hoyle “explicó
el supuesto de una creación permanente de protones y electrones, que pasan a
formar hidrógeno, que luego se agrupa en estrellas y galaxias.” https://www.astrojem.net/teoria-del-universo-estacionario-es-un-modelo-que-tuvo-defensores/
“Hoyle creía
que todo había sido planeado por una civilización súper inteligente que quiso
"sembrar" el planeta Tierra. Este concepto inspiró una de sus
novelas, "La Nube Negra", publicada en 1957.” (ver ref.1)
“En 1982,
Hoyle presentó Evolution from Space
para la Omni Lecture de la Royal Institution. Después de considerar lo que él
consideraba una posibilidad muy remota de abiogénesis basada en la Tierra,
concluyó:
La idea del diseño inteligente, tema de un libro del
mismo Hoyle, más que la idea de un Único Dios que crea de la nada la materia,
percibe el factor de la inteligencia y no la de un Dios al que se debe adorar
mediante rituales específicos y con creencias únicas en un marco impositivo de demostración
de lealtad extrema a ultranza a cambio de poder vivir un tiempo, sino de un
“Dios” que puede ser manifiesto como lo es la inteligencia y creatividad
humana, pero en este caso, también existente en otros seres más inteligentes
que nosotros, quienes pudieron ser los responsables de la formación y guía del
proceso de la vida en la tierra desde alguna región desconocida.
Hoyle creía que dicha inteligencia presente en tales
seres pudo ser la responsable de la aparición de la vida y del propio ser
humano.
Tendríamos lo que en tiempos antiguos llamaban
dioses y demiurgo.
De allí que en relación al mundo cósmico material, más
que un “Dios creador de la nada”, a lo sumo, en la cúspide, existiría una
deidad modeladora, o si se quiere, un “Dios Modelador”, sea de “sí mismo” o de
la materia como algo ajeno a Él, propio de una inteligencia universal operativa
en lo eternamente existente, y la existencia de otras inteligencias que también
pueden crear.
Esta realidad descubierta científicamente solo
encaja en la actividad creadora de dioses o demiurgos y no en la de una sola
persona que fuese el Único Dios, obsesionado con tener una religión y
adoradores que le rindan pleitesía y obediencia absoluta a cambio de seguir
vivos en este insignificante planeta perdido en la inmensidad sin límites del
universo.
La vida es tan eterna como lo sería el universo. Cualquiera
puede estar de acuerdo o no con esta idea, pero eso importa poco si no le
resulta útil a su vida y en su entorno, donde todos debemos respetarnos mutuamente,
ya que todos cabalgamos sobre los corceles de la ignorancia.
En cambio, los testigos de Jehová, los únicos
predicadores de la verdadera religión según ellos mismos lo publicitan, y al
estilo que mencioné antes, presumen tener la verdad leyéndola de la Biblia, y enseñan
basados en ella que el universo ha sido creado de la nada por Jehová posiblemente
hace 13 mil 800 millones de años, rimando de ese modo con los números
calculados por la ciencia, luego, que la tierra y el sistema solar pudo ser
creado 8 mil 800 millones de años después por Jehová, esto es, unos 5.000
millones de años atrás, como también han descubierto los científicos a partir
de lo ya existente; pero la vida, vegetal en este caso, fue creada por Jehová recién
solo hace 34 mil años, en donde los dinosaurios terrestres solo tienen unos 13
mil años de antigüedad como máximo, y el humano fue creado por Jehová hace
solamente 6 mil años, con lo cual el hombre prehistórico es una falacia y las
edades geológicas marcadas por restos de vida una mentira científica, una
especie de conspiración atea.
Una doctrina de este tipo es fundamental para poder
enarbolar al tipo de Dios que solo se comunica con la humanidad a partir de
viejos libros coleccionados por los judíos llamada Biblia, uno al que llaman
Jehová, tal como es en el que ellos creen. Y solo se diferencian de los YEC en
cuanto a la aparición de la vida por unos pocos miles de años, nada más.
Cualquiera que no aceptase la interpretación de
ellos extraída de su particular lectura de la Biblia está condenado para
siempre, y llega a ser culpable de sangre hasta por omisión, y merecedor de la
muerte eterna.
Y aquí es cuando la cosa se pone tenebrosa,
imposible de obviar.
No se le ocurra a nadie dentro de sus filas objetar
enseñanzas de ese tipo, exponiendo malas interpretaciones de textos bíblicos o
que sus presuntas explicaciones “científicas” están equivocadas, o son falsas y
engañosas.
Por tal motivo sudan para sostener sus prédicas a ultranza,
ya que si no lo hacen de modo sofista, toda la doctrina se cae abajo como un
castillo de naipes. Por eso evitan tratar este y otros temas con cualquiera que
se los plantee. Solo discuten con los YEC textos bíblicos, y también solo se
adentran en terrenos del tipo científico para poder engañar a los novatos y a
los de escasa educación, que pobrecitos, no pueden darse cuenta que los
engañan, porque usufructúan su confianza y sensibilidad común humana que se
encuentra atada al propio error que el sentir lleva por la limitación natural
animal del humano.
Por más que Sir Fred Hoyle creyera en una súper
inteligencia universal y en inteligencias superiores, de ninguna manera
aceptaría semejante hipótesis teológica como digna de crédito en base a los
descubrimientos científicos establecidos.
La misma realidad destruye el relato doctrinal de
esa religión “verdadera”. Por eso ocultan este tema y lo desvían todo lo que
pueden, porque saben que de tratarlo, se destruyen solos.
¡Hasta hay personajes que presentándose como
testigos de Jehová afirman que lo por mí expresado es falso y que ellos aceptan
los hechos descubiertos sobre la antigüedad de la vida sobre este planeta! ¡Es
increíble hasta dónde pueden llegar con sus mentiras!
Por eso los predicadores proselitistas de Jehová siempre
insisten y hacen uso de la falacia de autoridad y de la ignorancia, dejando de
lado lo que les resulta inconveniente procedente de la misma autoridad a la que
acuden en su ayuda para promocionarse.
Eso se denomina deshonestidad intelectual, por no
decir directamente que son simples vendedores ambulantes embusteros de falsas
esperanzas, tratando de captar a los caídos y despistados del mundo.
Copio a continuación los párrafos siguientes al citado
por los testigos de Jehová extraído del párrafo citado en partes:
«Tal vez
pienses que toda la cuestión de la creación del Universo podría evitarse de
alguna manera. Pero esto no es así. Para evitar la cuestión de la creación
sería necesario que toda la materia del Universo fuera infinitamente vieja, y
esto no puede ser por una razón muy práctica. Porque si esto fuera así, no
quedaría hidrógeno en el Universo. Como creo haber demostrado cuando hablé del
interior de las estrellas, el hidrógeno se está convirtiendo constantemente en
helio en todo el Universo y esta conversión es un proceso unidireccional, es
decir, no se puede producir hidrógeno en cantidad apreciable a partir de la
descomposición de los demás elementos. ¿Cómo es posible entonces que el
Universo esté compuesto casi exclusivamente de hidrógeno? Si la materia fuera
infinitamente vieja, esto sería absolutamente imposible. Así que vemos que
siendo el Universo lo que es, la cuestión de la creación simplemente no se
puede eludir. Y creo que de todas las diversas posibilidades que se han
sugerido, la creación continua es sin duda la más satisfactoria.
Ahora bien,
¿cuáles son las consecuencias de la creación continua? Quizás el resultado más
sorprendente de la teoría matemática es que la densidad media del material de
fondo debe permanecer constante. El nuevo material no aparece de forma
concentrada en pequeñas regiones localizadas sino que se extiende por todo el
espacio. El ritmo medio de aparición de la materia equivale a no más que la
creación de un átomo en el transcurso de aproximadamente un año en un volumen
igual al de un rascacielos de tamaño moderado. Como comprenderás, sería
prácticamente imposible detectar tal ritmo de creación mediante experimentos
directos. Pero aunque esto parece un ritmo muy lento cuando se lo juzga con
ideas comunes, no es pequeño si se considera que está sucediendo en todas
partes del espacio. La velocidad total sólo para el universo observable es de
aproximadamente cien millones, millones, millones, millones, millones de
toneladas por segundo. No dejes que esto te sorprenda porque, como he dicho, el
volumen del universo observable es muy grande. De hecho, ahora debo dejar
bastante claro que aquí tenemos la respuesta a nuestra pregunta: ¿Por qué se
expande el Universo? Porque es esta creación la que impulsa el Universo. El
nuevo material produce una presión hacia afuera que conduce a una expansión
constante. Pero hace mucho más que eso. Con la creación continua se supera por
completo la aparente contradicción entre la expansión del Universo y la
exigencia de que el material de fondo pueda condensarse en galaxias. Porque se
puede demostrar que una vez que se produce una irregularidad en el material de
fondo, eventualmente se debe formar una galaxia. Estas irregularidades se
producen constantemente por el efecto gravitacional de las propias galaxias.
Porque el campo gravitacional de las galaxias perturba el material de fondo y
provoca que se formen irregularidades en su interior. Por tanto, el material de
fondo debe proporcionar un suministro constante de nuevas galaxias. Además, el
material creado también suministra cantidades infinitas de energía atómica, ya
que al disponer que el material recién creado esté compuesto de hidrógeno,
explicamos por qué, a pesar de que el hidrógeno se consume en grandes
cantidades en las estrellas, el Universo observado está compuesto
abrumadoramente por él.
Ahora debemos
dejar por un momento esta extraordinaria cuestión de la creación continua para
considerar la cuestión de qué hay más allá de la parte observable del Universo.
En primer lugar, déjenme preguntar: ¿Tiene esta pregunta algún significado?
Según la teoría sí lo tiene. La teoría requiere que las galaxias existan para
siempre, aunque no podamos verlas. Es decir, las galaxias se están expandiendo
hacia un espacio infinito. Todo esto no tiene fin. Y es más, aparte de la
posibilidad de que existan algunas galaxias anormales, un bit de este espacio
infinito se comportará de la misma manera que cualquier otro bit.
Al menos, la manera de pensar de Hoyle en la que
intenta explicar la formación del hidrógeno de otra manera a la propuesta por
la teoría del Big-Bang, permite dejar de lado una explicación concentrada solo
en la singularidad como causa de ello incorporando la expansión. Si tenemos en
cuenta que la singularidad es extremadamente masiva, posee correlación con la
idea de los agujeros negros, y la materia “desaparecida” en ellos puede
“reaparecer” como primordial en otra parte y continuar sus ciclos indefinidamente.
«Conocido en
su juventud como ateo, Hoyle se convirtió en un promotor de la panspermia, la
idea de que los extraterrestres han sembrado vida en la Tierra, y se alejó de
su ateísmo. Hoyle comparó las posibilidades de que el cosmos naciera por
casualidad con un sistema solar de hombres ciegos resolviendo el cubo de Rubik
simultáneamente. Hoyle escribió estas palabras:
“'Algún
intelecto supercalculador debe haber diseñado las propiedades del átomo de
carbono; de lo contrario, la posibilidad de que yo encuentre tal átomo a través
de las fuerzas ciegas de la naturaleza sería completamente minúscula'. …
Una interpretación de sentido común de los hechos sugiere que un superintelecto
ha jugado con la física, así como con la química y la biología, y que no hay
fuerzas ciegas de las que valga la pena hablar en la naturaleza. Las
cifras que uno calcula a partir de los hechos me parecen tan abrumadoras que
ponen esta conclusión fuera de toda duda”.
Como se podrá notar, hay una enorme diferencia entre
aceptar la existencia de una inteligencia suprema y aceptar el dogmatismo
religioso de los predicadores de turno de cualesquier religión. Las religiones
parecen estar hechas a la medida de la capacidad mental de sus seguidores.
“Como teísta
hindú, creo que la mayoría de los ateos se vuelven ateos por una o ambas de dos
razones principales:
- Simplemente nunca han tenido
ninguna experiencia personal de la Divinidad, entonces ¿por qué pensarían
que es real o sentirían una conexión con ella?
La ‘experiencia personal de la divinidad’ sin duda
es una de las razones por las cuales los ateos son ateos. Pero no llamo a eso
una visión o imaginación personal, sino una experiencia concretamente empírica
con inteligencias de otra dimensión, las cuales también usan nuestro
inconsciente para comunicarse con nosotros.
Imagine que puede experimentar directamente una
manifestación que sobrepasa cualesquier explicación racional. Les puedo
asegurar que si algún ateo hubiera tenido las experiencias que yo tuve,
pensaría como Hoyle.
Sin duda alguna existe otra dimensión distinta a la
nuestra y que puede, a voluntad, manifestarse en el mundo físico de tal manera
que resulte imposible negar su existencia.
Y dichas manifestaciones son acorde a cómo es
internamente cada persona, para algunos de burla, para muchos de terror, y para
otros de paz.
No es necesario ser ateo para darse cuenta que el
argumento cosmológico para el propósito utilizado
está mal estructurado.
El mismo se expresa así:
1. Todo lo que comenzó a existir tiene una causa.
2. El universo comenzó a existir. Por lo tanto
Sabemos intuitivamente que todo lo que existe parte
de una causa o existencia previa necesaria que le da origen. Es el denominado principio de causalidad. Objetar el
punto 1º no tendría sentido en nuestro mundo básicamente casuístico.
Pero, al pasar al punto 2º, ¿cómo sabe el que
plantea el argumento que el Universo comenzó a existir, es decir, antes no
existía?
Los antiguos consideraban que todo lo que era material
era sensible, y de allí razonaban que, por ser finito debió tener comienzo, ser
engendrado, debe necesariamente nacer, y por lo tanto, el cosmos o mundo
también tiene una causa que lo engendró. Del mismo modo que nacen hijos, del
mismo modo para ellos nacieron la tierra, las estrellas, el Sol y la Luna.
Pero en nuestros tiempos tenemos un concepto muy
diferente entre lo finito y lo infinito. Solo podemos aplicar ese argumento a
toda cosa finita.
En vez de “universo” o cosmos uno podría decir:
“tinas de vino”, y el argumento Kalam estaría correcto. Se concluiría que alguien
las fabricó, porque razonamos en base al principio de causalidad.
Y para todo lo que vemos en la tierra, todo tuvo una
causa. Las montañas, los lagos, los ríos, los mares, las especies de vida, etc.
Hasta el siglo XX nadie supo siquiera que existían galaxias, y el planeta
tierra y la vida en él se entendía como el resultado de la creación de Dios. Y
esa creación era a partir de los elementos ya existentes.
Pero había algo que se desconocía en la antigüedad: son
los elementos verdaderos (en la antigüedad eran el aire, el agua, el fuego y la
tierra), pero principalmente, las partículas subatómicas elementales que los
componen.
Y en ese nuevo marco de realidad, si sobre el
Universo por fuera de nuestro mundo, que claramente hoy vemos que es cambiante,
donde también vemos comienzos y finales en ciclos, como las estrellas que nacen
y mueren, el tema de la aparición de la materia, compuesta de partículas subatómicas
elementales, nadie puede asegurar que las mismas son finitas, por lo que cuando
intentamos llegar al estado primordial visto en la enorme largura del tiempo,
ya nadie sabe si proviene de ciclos eternos o no, entonces la premisa 2º pasa a
ser una suposición, y la conclusión aplicada en dicho sentido también termina
siendo una suposición.
Hoy sabemos que las causas por las que la casi
totalidad de los elementos que componen la materia que vemos en el Universo,
que conforma a nuestro planeta mismo, tuvo su origen o comienzo en las
estrellas. Y todo lo que vemos forma parte de interminables ciclos de comienzos
y finales.
Esto se puede ver según se explica en la teoría de
la nucleosíntesis estelar desarrollada durante el siglo XX (fred Hoyle fue el
pionero impulsor).
Así, por ejemplo, nuestro Sol y los planetas tuvieron un origen a partir de materia preexistente. El hierro, el silicio, el carbono, oxigeno, nitrógeno, calcio, etc. se originaron en las estrellas. Y luego, sin la existencia de esos elementos, nada posterior puede aparecer (ver discos protoplanetarios). Y esos elementos se van formando (y muy posiblemente desapareciendo, ya que serían finitos) continuamente en distintas regiones del Universo.
Teniendo en mente esta perspectiva nueva, ¿forma
Dios los planetas y la vida en la tierra usando las estrellas?
Nadie tampoco lo sabe, porque las cosas se ven y calculan producto de leyes físicas conocidas que se mantienen, reglas presentes en cuatro
fuerzas principales, tales como la gravedad, el
electromagnetismo, la fuerza nuclear fuerte y la débil.
Si es de ese modo, ¿estableció Dios esas fuerzas y
las leyes físicas de la materia y/o crea a partir de ellas?
Tampoco lo sabemos, pero intuitivamente es posible
pensar que alguien podría ser responsable de que esas características
existieran de la manera que existen y no de otra.
Y tampoco se puede negar la posibilidad de influencia remota o invisible sobre la materia visible. No hace falta ver que alguien hace algo para recién decir que fue quién lo hizo, de otro modo se concluye que nadie lo hizo. A priori tenemos la lógica que nos lleva a suponer lo que no se ve a simple vista.
Un elemento material entre todos los elementos es el
hidrógeno, que posee características determinadas por los átomos que lo
componen: dos átomos de hidrógeno formado por dos protones y dos electrones,
dando lugar a la molécula diatómica, que es la manera en que se presenta
estable en el Universo. El electrón es una partícula elemental,
y el protón se compone de más de una partícula elemental. Y el hidrógeno es la
materia prima para todo lo demás que viene después y llega a existir en el
Universo.
Si las partículas subatómicas elementales que
componen el hidrógeno no son partículas elementales finitas, el universo en su
aspecto de material básico, denominada materia elemental, es eterno,
permitiendo a partir de ésta toda la organización posterior compleja y finita
que conocemos. Esta realidad descansa en la llamada Ley de la Conservación, que
permite que ciertas partículas, como los muones, se desintegren y pasen a
formar electrones y neutrinos sin haber estado compuesto por ellos, sino que se
formaron o crearon. Pero hay partículas que no se desintegran, manteniéndose
inalterables, como ocurre con el electrón.
Lo único que se desconoce se relaciona con el origen
del elemento más abundante en el Universo, justamente el hidrógeno, que es la
materia prima del Universo por constituirse en el elemento a partir del cual
proceden todos los demás, atribuida su formación en un momento muy temprano
después del Big-Bang, denominado nucleosíntesis primordial, sobre el cual no se
sabe absolutamente nada.
Fred Hoyle propuso que el hidrógeno se forma
continuamente a medida que el universo se expande, pero su teoría ha sido
descartada por los que creen en el Bing-Bang como causa primigenia del mismo.
El problema para los físicos es establecer a partir
de qué se origina el Big-Bang. No puede ser de la nada, tiene que existir una
física previa casuística, para que el hidrógeno, la materia prima para todo el
Universo, se forme.
En otras palabras, nadie sabe de dónde vienen los
protones y los electrones.
¿Pueden estar existiendo eternamente?
Si quienes creen en un Dios consideran que existe eternamente, ¿por qué motivo no poder creer que los protones y electrones también? Al hablar de las partículas elementales, también podemos verlas según son vistas en física cuántica, al ser denominadas funciones de onda, como él electrón.
¿Podrían ser incausados del mismo modo que los
creyentes lo atribuyen a Dios?
Si usamos la misma lógica, podrían.
Y experimentos
con el electrón ha determinado que son prácticamente eternos, y aunque
hipotéticamente el universo se destruya, las propiedades de las partículas
elementales como el electrón probablemente se modifiquen, pero solo eso,
solamente podrían cambiar a tener otras propiedades diferentes, pero
continuarán existiendo
como partículas o funciones de onda o energía.
La materia básicamente es una forma de energía, u
ondas de materia como lo define la física cuántica, y ambas se conservan
mutuamente, no se destruyen ni se crean. Si la energía es eterna, cambiando
solamente en sus estados, ya tenemos la respuesta concluyente.
Es interesante ver además que en la actualidad, la
ciencia ya impugna las dos primeras premisas del argumento cosmológico Kalam,
no solo la segunda. Hasta el determinismo ha sido puesto en tela de juicio.
De modo, que no solo la misma lógica pone en duda una
de las premisas, sino que los descubrimientos actuales permiten visualizar
dicha negativa hasta en la primera y la segunda.
El autor finaliza diciendo que lo dicho no es
concluyente, pero es lo que hay hasta ahora desde el punto de vista científico,
por lo tanto, no puede ser desde el punto de vista ateo, que carece de valor si
no se apoya en la ciencia experimental, respondiendo de esta manera la pregunta
levantada con el debido rigor del conocimiento.
No obstante, el mismo Fred Hoyle, que era ateo,
declaró que es imposible no ver la influencia de una súper inteligencia que
modela la materia y produce o transmite vida, fundamentado más que nada en la
lógica del pensamiento.
Si un físico teórico del calibre de Fred lo dice…
Por supuesto, los ateos se lo comen crudo pensando
que es un traidor a la causa.
Los agnósticos están más o menos tranquilos, porque
más o menos por ese camino también transitan ellos.
Pero en cuanto a los creyentes de las distintas
religiones, algunos más que otros, se ponen nerviosos de que la idea de Hoyle
pudiera ser correcta tal como él la expone, porque por sobre todo lo que a
ellos más le importa no es tanto en establecer un terreno común de creencia en
un Dios, más bien el de aceptar al Dios y la doctrina que ellos predican para
la salvación o la manera de vivir que desean imponer en la sociedad, de lo
contrario, para ellos todos los que lo rechacen son unos malditos “ateos” o “satánicos”.
Si no fuese por ese aspecto proselitista negativo del
tercer grupo, muy manifiesto en el Islam y ciertos grupos cristianos, así como
por el orgullo y terquedades humanas en general, dialogar sobre cosas que
desconocemos no sería problemático para nadie.
El problema básico que tiene el argumento Kalam es
cuando los cristianos hablan de la creación a partir de la nada, ex nihilo, es decir, no existía en
absoluto materia ni energía antes. Filosóficamente hablando, si nada puede
venir de la nada, y si todo debe tener una causa, mal puede usarse ese
argumento para señalar que el universo vino de la nada materialmente pero que
si vino de algo previo existente absolutamente espiritual, es decir, no
material.
Lo espiritual, que es básicamente mental, de donde
se origina la creatividad, nada puede hacer a partir de la nada misma. Si Dios
es el gran alfarero como es descrito en la Biblia por quienes lo han descrito (Isa.64:8;
Jer.18:3-6; Prov.16:4; Rom.9:20, 21), el alfarero necesita previamente de materia
y tiempo para crear sus productos, puesto que si no la tuviera a su disposición,
nada puede materializar; de igual manera, Dios necesita de algo previo a partir
de lo cual crea. Por ello, en Génesis se menciona que la creación parte de la
existencia de una tierra desorganizada y del agua
primordial, una idea generalizada de tiempos antiguos. Es un
razonamiento lógico en su aspecto intuitivo, propio del principio de
causalidad, tan aceptado por la propia Biblia como por los creyentes que
intentan explicar la realidad de su Dios.[1]
Lo que no sabemos, físicamente hablando, es si lo
previo es parte de otro universo invisible a nuestros detectores, sobre el cual
también puede pensarse que siempre existió, y también, a partir del cual pueden
o pudieron producirse los protones y electrones básicos del Universo visible.
El tema sin duda es apasionante, pero lejos de dogmas
religiosos es mejor.
Quienes introducen y responden este tipo de temas
por lo general buscan proteger a los miembros creyentes para que no abandonen
la grey, y los más activos, el de imponer sus creencias religiosas a otros, y
cuando uno analiza sus creencias, se da cuenta que es imposible que una súper
inteligencia del tipo imaginado para formar un universo tan grande y complejo
sea el Dios Judío, del Islam o del Cristianismo del que los filósofos hablan
tal como es manifiesto por el ser humano en sus libros religiosos.
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