Carl Gustav Jung escribió que la función de la mayor parte de las iglesias establecidas es la de proteger al público de una experiencia directa con Dios.
Muy sugestivo y profundamente revelador es este pensamiento. La mayoría de las personas no están preparadas para experimentar directamente una relación con Dios, y la religión les sirve de una guía imperfecta hasta tanto de manera individual cada persona pueda alcanzar el nivel necesario para experimentarla. Estoy persuadido que hasta los no religiosos y ateos se hallan en un ámbito muy particular de un proceso de individuación.
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