domingo, 13 de julio de 2025

Otro caso inexplicable que acrecienta la discordia

Recupero de un llavero perdido de manera sobrenatural

El viernes 4 de julio de este año 2025 surgió otro suceso inexplicable, del cual, si bien no puedo dar una razón completa como en el caso de la válvula del calefactor a gas del dp2  ocurrido hace tres años, donde estuve seguro ciento por ciento de todo lo ocurrido, en este caso deja una cierta incertidumbre, pero de superación lógica.

Ese día mi esposa había salido, y era alrededor del mediodía cuando decidí salir a dar mi vuelta diaria en bicicleta, ejercicio que realizo por causa de consejos médicos y para mantenerme mejor físicamente.

Me preparé y sacó la bici afuera del portón, y noto que en los departamentos de adelante no había nadie, y los de atrás donde vivimos quedarían solamente al cuidado de nuestra perra guardiana. Considerando que el viernes anterior un ladrón intentó entrar al Dp2 rompiendo parte de una puerta reja y los ladrillos y material de la reja de la ventana, me preocupé.

Decido por tanto dejar apoyada la bici sobre los nichos de gas de la entrada a los departamentos traseros, afuera del portón, apoyo el portón y lo trabo con la lengüeta para que no se saliera la perra y vuelvo para cerrar ambas puertas rejas con llave.

Primero tomo el llavero con la llave puesta que estaba del lado de adentro en la puerta del dp3, no la cierro para que entre luz a unas macetas que tenía Graci allí, pero cierro con su llave la puerta reja, para que dejara pasar la luz solar.

Pensaba colocar el llavero en alguna ubicación secreta propia del dp3 por si venía Bety, mi cuñada, pero me dije que no la encontraría, y como no iba a demorar más de 15 a 20 minutos, decidí mejor dejarla en otro lugar secreto que conocíamos Graci y yo, el mismo lugar en dónde dejaría el llavero del dp4, el nuestro.

En todo caso, Bety nos esperaría afuera hasta que alguno de los dos lleguemos.

Una vez que dejé allí el llavero del departamento de al lado, me dirijo a la puerta de nuestro departamento, y hago lo mismo que hice con el departamento de al lado: saco la llave con su llavero también puesta en la puerta del lado de adentro, pero en este caso cierro la puerta, aunque sin su llave, y luego cierro la reja con su llave del lado de afuera.

No estaba seguro si Graci tenía el otro juego de llaves, tampoco lo busqué, pero por las dudas hice lo que hice por si acaso no lo tenía.

Ambos llaveros tenían otra llave del portón de adelante, que por ahora no usamos, cerrando con una cadena y candado. De modo que coloco encima del otro llavero del dp3 el llavero del dp4 en el mismo lugar dónde solemos dejar el llavero, tapando ambos además con unas hojas secas que había en el patio para que no pueda ser vista por extraños.

Una vez cerradas ambas rejas, me dispongo a salir en bici. La tomo y salgo mirando por si venía Graci, para avisarle que había dejado las llaves en el lugar convenido, pero no la vi. También miraba hacia atrás por si la veía a ella o a mi cuñada, pero no vi a nadie frente a nuestro lote a medida que me alejaba y miraba hacía atrás.

Igualmente no me hice mucho problema, porque Graci sabe el lugar dónde colocamos las llaves en ciertas ocasiones, sabiendo que las encontraría.

Me dirigí hacia la Av. central por la calle nuestra, doblo en la Avenida a la derecha y luego cruzo la ruta y tomo el camino del Bicentenario.

Llego a la distancia que suelo llegar y doy la vuelta. Regreso por calle Alaska y luego por Uruguayana. Lo hice por allí para ver a tres cuadras por si había llegado mi cuñada, que se vería la camioneta estacionada, pero noté que no había llegado (Ese día vino tiempo después).

Si noté en cambio a lo lejos que había llegado Susana, la maestra que alquila el Dp2, con lo cual venía tranquilo.

Al llegar a casa encuentro que sale Graci a abrirme el portón. Ella había llegado mientras yo volvía, aunque no lo la vi llegar, habiendo dejado su bici apoyada a la entrada apenas pasando nuestro portón, del lado de adentro, pero dejando cerrado el mismo con candado.

Apenas llegó, mientras me abría el portón  me pregunta dónde dejé la llave del Dp3, a la vez que me pregunta de dónde había sacado la llave del dp4.

No le entendía el motivo de su pregunta, hasta que me muestra el llavero con el cual abrió el dp4.

Era una llave que al parecer había quedado afuera por varios días en algún otro lugar sobre tierra y húmedo, porque las llaves de bronce estaban sucias de tierra y los aros de hierro oxidados, tal como la muestro en la siguiente imagen. A la izquierda era ese llavero que apareció misteriosamente, mientras que a la derecha está el llavero que estaba en uso.


De hecho, era el otro juego de llaves que usábamos antes, pero que ahora hacía tiempo que no la usábamos. Mi esposa pensaba que había sacado la llave del porta-llavero o de algún otro lado, pero eso no podía ser por cuanto llamaba la atención por el estado en el cual estaba. Y yo estaba seguro que no hice eso, sino que cerré con el llavero que se ve a la derecha, y ese fue el que dejé en el punto secreto junto con el llavero del dp3.

Ella pensó que esa llave que se ve a la derecha yo no la había usado para cerrar la reja al verla puesta, sino la otra, la de la izquierda, que fue la que encontró y con ella abrió la puerta.

Al mismo tiempo me decía que cuando ella vino sacó la llave del punto secreto convenido en donde yo había depositado las dos antes de irme, pero me decía que la otra llave con su llavero estaba en nuestro departamento colocada del lado de adentro en la puerta cuando ella llegó, algo que me sorprendió. Al parecer la vio antes o luego de que ella abriera con la otra llave la puerta reja.

Francamente no entendía nada, me sonaba muy raro lo que me decía, porque yo no había dejado la llave de la derecha puesta con su llavero allí en la puerta y cerrado la reja con otro llavero.

Y encima me preguntaba dónde estaba la otra llave del departamento de al lado. Le dije que la había dejado en el mismo lugar, junto con la que, supuestamente, ella sacó de allí mismo la otra para abrir, porque me aseguraba que de ese mismo lugar la encontró. Sin embargo, me aseguraba que allí no encontró ningún otro llavero, salvo la sucia y oxidada que fue la que usó, cuando ella llegó, penando que era del dp3.

Lo cierto que cuando llegué, me dirijo al punto secreto y saco la otra llave que había colocado antes de irme para abrir al lado para guardar mi bici en el dp3. La abrí y dejé adentro mi bici. Por eso no entendía el motivo por el cual me preguntaba por esa llave si estaba ahí mismo, de dónde ella sacó “supuestamente” la otra.

Por eso no le entendía cuando me preguntaba adónde había dejado la llave del dp3, ni dónde había “encontrado” con la que ella abrió el Dp4, porque ahora estaban los dos juegos, habiendo quedado según ella la otra en la puerta cuando ella abrió la reja.

Ella me decía que estaba loca si yo le insistía que no había cerrado con la otra llave y dejado la que habitualmente estábamos usando ahora en la puerta del lado de adentro. Me preguntaba de dónde había sacado la llave sucia, que obviamente había estado a la intemperie por bastante tiempo.

Y yo le aseguré que la que se ve a la derecha no la había dejado en la puerta, sino las dos juntas en el mismo lugar convenido, en la que a veces solemos dejar las llaves, donde ella me aseguró que había sacado la otra.

¿Quién vino, abrió la puerta reja del dp4, luego dejó la llave puesta en la puerta del lado de adentro, y luego cerró con una llave la puerta reja que había quedado afuera y colocó en algún otro lugar o cerca de la otra en el mismo lugar pero separada para que Graci encontrara a esa sola y abriera?

Afirmo que yo mismo fui y saqué de allí la otra llave para abrir el departamento de al lado, pero ella me asegura que solamente encontró el llavero oxidado y sucio y que no había más llaves en ese sitio, cuando yo mismo vine después y saqué la llave del dp3.

¿Quién escondió esa llave para que Graci no la encontrase? Es un misterio.

Todavía faltaban algunos detalles que todavía desconocía, y que conversando hoy 5 de julio se aclara, pero no se resuelve el misterio.

Lo cierto es que los hechos ocurrieron de esta manera.

Primero muestro otra vista de los dos llaveros con otro fondo, en donde se ve de modo más claro la diferencia entre ambos juegos.


El llavero que está oxidado (arriba a la izquierda) hacía cierto tiempo que Graci lo buscaba pero no sabía adónde había quedado. Se le había perdido.

Yo ni enterado estaba que a ella se le había perdido, porque no me lo dijo, por lo que no estaba al tanto de que ese llavero estaba perdido. Así que usábamos ambos el mismo llavero, que es el que se ve a la derecha arriba.

Cuando ella llegó, vio-lo más probable al momento de abrirla, aunque es posible verla si uno se agacha un poco con la puerta reja todavía cerrada-la puerta de nuestro departamento con la llave puesta de adentro, y pensó que yo estaba, pero cuando quiso abrir la puerta reja, vio que no solo tenía el pasador sino que estaba cerrada con llave.

Entonces se dio cuenta que yo no estaba; así que fue al sitio convenido y sacó el llavero, el oxidado y sucio, el único que había encontrado según me asegura.

Pero cuando lo vio-según ella misma me testificó- pensó era del dp3, el de al lado y no del nuestro, el dp4. Eso me hace pensar que ella no vio la llave puesta antes de abrir la puerta reja.

Así que antes fue y quiso abrir allí, pero no pudo, porque no era ese el llavero del dp3.

Entonces vuelve y prueba con ese si podía abrir nuestra puerta reja, y la abrió.

Allí supuso que yo había encontrado ese llavero perdido y que había cerrado con ese y dejado el otro en la puerta.

Pero como no pudo abrir al lado, quería saber dónde estaba la llave, y por eso me preguntaba dónde había dejado la llave y dónde había encontrado el llavero oxidado.

Pensó que a lo mejor yo lo había tomado del porta-llavero que tenemos adentro o de algún otro lado que ella desconocía, pero nunca saqué ningún otro llavero de ningún lado para cerrar con ese y dejar el que estábamos usando puesto en la puerta del lado de adentro. Eso ciento por ciento no hice.

Cuando vi ese llavero me di cuenta que no lo había usado. Se ve muy diferente, aquí con otro fondo los mismos ambos llaveros.


Y eso explica el motivo por el cual aparece el Nº 4 en ese llavero oxidado. Lo puso Graci cuando se dio cuenta que era el que estaba perdido. Ella envolvió con cinta la llave de la puerta reja y le puso el número del dp, el 4, para no confundirse pensando otra vez que podría corresponder al dp3.

En conclusión. Alguien vino y nos devolvió el llavero perdido. Pero no fui yo, ni veo la manera de cómo podría ser Graci. Supongo que no pudo ser tampoco mi cuñada, que de hecho llegó más tarde ese día. ¿Quién fue?

A propósito: Abajo se ve el otro llavero del dp3, que Graci no encontró pero que yo lo tomé del sitio convenido cuando llego luego y abro la reja del dp3 para entrar mí bicicleta sin siquiera saber que ella no lo había encontrado antes.


Ese es el juego de llaves que no pudo encontrar. Eso me dijo ella, cuando era imposible no tocar los dos llaveros, porque estaban juntos, uno encima o al lado del otro. Para usar cualquier llavero era necesario sacar los dos y ver cuál era cual para usarlo. No existía otra manera.

Un misterio.

Mi esposa es muy distraída en los detalles, en cambio en mi caso soy muy detallista, trato de ser ordenado en todo para evitar pérdida de tiempo buscando cosas si las dejo aquí o allá. Pero mi esposa no es así, y suele perder cosas cuando no se acuerda luego dónde las dejó, justamente porque no las coloca en su mismo lugar de dónde la sacó.

Y solemos tener discusiones al respecto, porque yo dejo cosas en su lugar y cuando busco la que necesito no las encuentro donde la dejé; entonces debo preguntarle siempre a mi esposa, y a veces no recuerda donde la dejó y queda perdida.

No es la primera vez que se le pierden cosas, las busca y cree que la dejó aquí o allá pero no las encuentra. Hay cosas que se han perdido y no nunca las encontró.

El llavero del dp4 lo había perdido hace tiempo, no lo encontraba, pero no me dijo nada para que no discutamos, porque suelo decirle “donde la dejaste allí está”, y ella entonces se enoja.

Yo sabía que tenemos dos llaveros, uno para cada uno, pero hacía tiempo que no me preocupé por saber cuál era de quien, ya que no tenían, no sé por qué, su llaverito que identifica uno de otro. Además, no hacía mucho tiempo que había visto ambos, por eso, cuando no lo veía siquiera me enteré que Graci lo había perdido, y si me hubiera preocupado, habría pensado que Graci lo tendría en su cartera, así que no me preocupaba por saber dónde estaba el otro llavero.

Lo que concretamente sucedió es que “alguien” se preocupó por hacer que apareciera un llavero que estaba perdido.

Solo existe una manera lógica, materialmente hablando, de cómo pudo suceder, existiendo solamente tres posibilidades físicamente explicables:

a.     Vino alguien cuando me fui a los 5 minutos, entró, sacó el llavero del dp4 del sitio secreto, abrió la puerta reja y puso la llave adentro en la puerta, luego la cierra solo con el picaporte, y cierra nuevamente la puerta reja con la otra llave que estaba perdida, muy obvia por cómo se encontraba oxidad el llavero, revelando de que había estado efectivamente en la intemperie y no dentro de la casa; con lo cual, la persona que vino sabía dónde estaba ese llavero, o ya lo tenía y lo dejó para que se oxidara para traerlo después. Y justo ese viernes, al ver que tenía entre 5 a10 minutos máximo para hacer la maniobra, la hizo y se fue antes que Graci llegara y yo llegara 5 minutos después.

b.    Graci hizo todo y ella encontró el llavero perdido pero no sé por qué extraña razón miente, quizá para no decir que lo perdió ella. Pero no encaja, porque después me lo dijo, y aún persiste en no querer hablar del tema. Sea lo que fuese, ella colocó el llavero que yo había dejado en el lugar secreto en la puerta y el otro que encontró lo colgó en el porta-llavero, y me mintió al decirme que no había encontrado el otro llavero del departamento de al lado, el 3, cuando yo mismo los había dejado juntos, y es imposible encontrar las llaves sin sacar los dos, cuando, según ella, mintiéndome dijo que el único que estaba en ese sitio secreto fue el llavero oxidado.

c.      Yo mismo estaba tan distraído que pensando que usé el llavero que saqué de la puerta, sabiendo que estaba allí para usarlo, preferí buscar mejor el otro y me voy a buscarlo por todos lados hasta que lo encuentro, con lo cual estuve perdiendo tiempo buscándolo hasta que lo encontré en alguna parte de afuera en el patio, y entonces lo uso a ese para cerrar la puerta reja del dp4, y lo coloco junto con el llavero del dp3 en el sitio secreto, pero como estaba tan distraído los coloqué separados uno de otro. Hice todo eso sin acordarme en absoluto que lo hice.

No existe físicamente otra posibilidad más. De hecho, ésta última fue la usada por unos amigos con los cuales el domingo la pasamos juntos comiendo un asado luego que les conté lo que nos pasó. Ellos mismos contaban de cómo se olvidaban de las cosas que hacían, dando por válido que seguramente algo similar me pasó a mí.

Graci insiste que estoy tan distraído que no sé lo que hago, y toda la culpa era mía, pero lo llamativo es que ella no quiere hablar del tema, y se enoja. Se enojaba en la mesa delante de nuestros amigos, pero yo en cambio me divertía contando lo sucedido.

A mí solamente me queda la duda de que Graci sea la culpable, mintiendo sin un motivo concreto, algo que tampoco encaja. Unos de los amigos dijo, que ni lo piense que Graci lo hizo a propósito, y yo también le creo a ella, a pesar que solo diga muy poco.

Ella al parecer no quiere hablar del tema porque es creyente cristiana y pertenece a los testigos de Jehová, aunque es inactiva, pero está convencida que tengo o me asisten poderes del diablo que hacen eso para hacerla sufrir a ella.

A veces este tema sale de vez en cuando,  pero ella realmente sufre cuando se habla algo relacionado con el cristianismo o religión. No quiere hablar en absoluto ningún tema relacionado con religión conmigo. Es obvio para mí que esa es la única razón por la que creo que a ella le molesta este tema y no quiere hablar de él, porque está convencida que actúan demonios malignos por causa mía.

Por otra parte, eso es completamente falso de mi parte, porque no tengo ni me interesa tener conexión alguna con personas que se asocian a alguna religión satánica o espiritista. Lo que si veo es que el tema religioso no has dividido a nosotros hace muchos años, de hecho, a ella nunca le interesó tocar este tipo de temas cuando de mi parte hasta la acompañaba a sus reuniones con los testigos de Jehová.

Pero es por demás evidente que todos los testigos de Jehová que conocí creen en los demonios, y que actúan por todos los medios posibles para hacerlos desistir de seguir siendo fieles a la WT.

Así que, si debiera sospechar de entidades invisibles que actúan desde la secta de los testigos de Jehová, razones tendría. Pero al menos, esos demonios la ayudaron a Graci a encontrar el llavero que ella dejó a la intemperie, pero que no me vengan a crearme problemas a mí, porque realmente los detesto. Detesto a todo espíritu mentiroso y malvado, y juro que cuando los vea los perseguiré y hostigaré por cualquier parte. No les tengo miedo, y ellos no me hostigan.

En mi caso, las entidades espirituales que intervinieron, solo prefieren jugar conmigo, como fue el caso de la válvula de gas, y en todos los casos siempre me ayudaron a superar los problemas, no a acrecentarlos.

Solamente recibo fétidos olores a muerte y maldición de entidades mentirosas y malignas cuando los denuncio por usar a los seres humanos que demuestran que tales espíritus los asisten, así como claramente asisten a sus compañeros ‘testigos’ predicadores del mayor pervertido que existe, Jehová.

Las tres posibilidades que expuse no tienen sentido. No hay manera de explicar lo sucedido aduciendo alguno de ellos.

El a. es un absurdo, quienquiera que lo haya hecho estaría realmente loco, y no creo que ningún familiar se dedicaría hacer algo así callada y ocultamente.

El b. tampoco lo creo, prefiero creer que Graci no miente, porque sería de locos que lo hiciera. ¿Para qué? ¿Para hacerse ella mala sangre a sí misma?

Y el c. es otro absurdo, porque equivaldría a decirme que vivo dos vidas paralelas al mismo tiempo.

La única explicación plausible es que alguien inteligente pero de otra dimensión, invisible hizo lo que hizo.

De hecho, es lo mismo que cree mi esposa, pero como para ella son espíritus malignos, no quiere hablar de eso. Tiene miedo.

En cambio, para mí no son espíritus malignos, de hecho me respetan, y si algo hacen, como ya lo han hecho más de una vez, no lo hacen para causarme daño, que bien lo podrían hacer, sino que me ayudan a salir rápido del problema que ellos mismos crean, porque hacen ciertas cosas más que nada para mostrarme al final la capacidad de interacción que poseen con el mundo físico y con los humanos y animales, algo que realmente me ayudó a comprender asuntos importantes, por las que doy un total crédito a esas intervenciones.

No creo que existan seres inteligentes viviendo en otra dimensión diferente a la física nuestra, no lo creo porque lo sé perfectamente, y he visto las capacidades que poseen para hacer hasta que las personas a las que controlan digan lo que ellos desean que digan, y hagan lo que ellos desean. Los hay benignos y los hay malignos, y el tipo con el cual nos vinculemos dependerá del tipo de persona que cada uno íntimamente sea.

Y esto para mi es una verdad indiscutible. 7/7/2025

El 9/7/25 surge otra vez la discordia cuando al mediodía realizo la misma maniobra de cierre para salir en bicicleta y Graci todavía no había llegado. Saco la llave puesta en la puerta del lado de adentro y cierro con la misma llave del otro día (el llavero oxidado ahora está colgado en el llavero) correspondiente la puerta reja y la deposito en el mismo lugar secreto.

Más tarde le pregunto si tuvo algún problema con la llave. Entonces se enoja, diciéndome que yo estoy buscando de volverla loca, al decirle que yo no hice lo mismo ese día. Le repito: “Gracielita, yo no usé el llavero oxidado ese día para cerrar la puerta reja, porque ni siquiera sabía dónde estaba, sino la misma que usé hoy.” Se enfureció más, repitiendo que lo que yo busco es volverla loca, y que no le creo lo que ella me dice. Fue entonces que le dije: “Te creo perfectamente, no te cuestiono. Si yo te creo, ¿por qué no me crees tú a mí?”. -Porque vos no te das cuenta lo que decis-me responde. “¿No serás voz que a lo mejor no recordás bien lo que pasó?” -le comento. Pero se pone muy mal y me repite que no quiere hablar más del tema. Finalmente le digo: “Entonces, ¿me decís que te estoy mintiendo a propósito para volverte loca?”.

Al callarse admite que eso piensa.

Estoy plenamente seguro que no usé el llavero oxidado sino el mismo que volví a usar nuevamente. Eso ella no me lo acepta, cree que soy tan distraído que a lo mejor usé el oxidado sin darme cuenta, lo que es completamente falso porque yo no sabía nada de dónde estaba ese otro llavero.

Por lo tanto, aquí se introduce la maldad, lo negativo, para crear discordia entre nosotros.

Y usted, estimado lector,  ¿que opina sobre esto?


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