jueves, 12 de abril de 2018

La población mundial y el desarrollo tecnológico


El problema de la "inteligencia artificial"
Desde mi punto de vista no hay capitalismo ni socialismo ni comunismo, ni ningún "ismo" salvador poniendo en caja a los demás, solo hay seres humanos cuya "humanidad" nos lleva al desastre, cuyo fin está cada vez más cerca a medida que aumenta la población.
Bacillus Anthracis te ha mencionado en un comentario sobre la publicación de Bacillus Anthracis.
+edgardo winczur así es, aunque la tasa de natalidad de muchos países está bajando con el pasar de los años, las estadísticas más optimistas extrapolan a que dicho crecimiento se detendrá alrededor del año 2100. Pero lo importante aquí es ¿qué hará el ser humano si la máquina inteligente ya resuelve buena parte de las tareas cotidianas?

Respuesta:
Hola Bacillus. La pregunta ya la he contemplado en mi comentario anterior. El desarrollo de la “inteligencia artificial” será otro elemento más del desarrollo, que si bien por un lado el desarrollo tecnológico ayuda a mejorar la vida, genera al mismo tiempo el tremendo problema de la desocupación y/o sub-ocupación, sub-ocupación que a su vez está en más peligro ante el avance de esa “inteligencia artificial” como dice. Es simplemente una convergencia mayor para el desastre y no para la superación de la humanidad, simplemente porque se encuentra afectada por tamaña cantidad de habitantes que sigue creciendo día a día, en especial de y en las megaciudades, y especialmente en muchos otros países en vías de desarrollo, y que solamente podría descomprimirse si se reduce ordenada y sustancialmente la población mundial, especialmente en esos países, con lo cual, tanto la tecnología por un lado como la solución práctica por el otro parecen ir en desmedro de la vida humana general.
Por otra parte, ¿le preocupa realmente a Ud. “que hará el ser humano”? Tendría un montón de ejemplos para mostrar en “que se ocupan” ahora muchos “desocupados”, y no precisamente para el bien de sí mismos ni de la sociedad general. Si su pregunta es retórica, sería bueno que pudiera exponer la solución, porque supongo que su interés no debe ser solo por mera curiosidad. Aquí no se trata de hallarle alguna ocupación superadora que mantenga entretenidos y fuera de peligro a los ociosos humanos desplazados por la tecnología, sino en poder ocuparse en aquello en que siempre se ocupó: buscar la salida. De encontrarla se trataría. Lo bueno es que ahora tiene más tiempo y elementos para reflexionar en lo que atañe a su existencia.

Se está planteando una pregunta cuya respuesta no puede ser resuelta para ser aplicada de modo universal debido a las diferencias en los convencimientos y convenciones del “ser humano”. Aquí existe inevitablemente una discriminación propia de cada uno, de sí mismo frente a los demás. Y la valla o cerca que divide a uno de otros se encuentra principalmente relacionada con lo que el individuo considere es la vida, y si existe o no vida más allá de este plano existencial. En función de ello podemos elaborar distintas respuestas, aceptadas por unos y rechazadas por otros. No obstante, puedo adelantar, que esa “preocupación” manifiesta en la pregunta puede englobarse en una respuesta de un panorama muy sombrío para quienes ven la vida del humano como la única forma de existencia posible.

Explicar esto puede llevar varias páginas, y muchas más para quienes les resulte difícil de comprender.

Al hablar del “ser humano” no se entiende bien sobre de qué hablamos, si de nosotros mismos o de todos los demás. La mayoría suele responder por sí misma, y cada quién suele ver con buenos ojos este progreso, porque se proyectan a sí mismos acorde a sus circunstancias. En ese caso, respondiendo a la pregunta planteada, ese “ser humano” buscará aprovecharla. Pero si tenemos que incluir a “toda la población humana de la Tierra”, a la manera de un estadista, el asunto cambia, y allí cada individuo buscará la manera de aprovecharlo a su modo, y considerando que muchos entienden no lo suficiente sobre el asunto, es inevitable que aparezcan acciones para limitar, condenar, castigar, dominar, llegando hasta mentir, robar y matar, en fin, lo que sea necesario para sobrevivir de la mejor manera posible en su existencia competitiva en este mundo según el lugar en que se encuentre. Y viéndola de ese modo, esa “humanidad” en su conjunto tiene frente a sí un panorama muy sombrío. Responder la misma pregunta a nivel general su satisfacción resulta imposible, porque siempre habrá personas que se opondrán a aquello que choca con sus convicciones y expectativas de vida.

Viéndolo desde un punto de vista práctico, la única manera de descomprimir la situación social general de la mayoría de la población mundial que se encuentra en distintos niveles de exclusión o de oportunidades alternativas de baja categoría, es ir reduciendo la cantidad total de habitantes hacia niveles del siglo XIX en la medida que son reemplazadas las tareas cotidianas hasta alcanzar un equilibrio sostenible. Esta solución es simple y efectiva, el problema es que nadie estará dispuesto a cumplirla, porque todos quieren dejar su descendencia en mejor posición económica frente a otros, y la mayoría no está dispuesta a no tener hijos, especialmente quienes menos posibilidades tienen, amén de que una vasta cantidad de personas piensan que la Tierra puede no solo alimentar una población diez veces mayor sino sostener al mismo tiempo una existencia desarrollista independientemente de ese aumento poblacional. Parece increíble la ignorancia y tozudez humana, pero así somos. La lucha por la supervivencia resulta inevitable, porque quienes tienen los medios de producción no van a estar dispuestos en alimentar a una humanidad ociosa y problemática, y para cuando vastas poblaciones comiencen a pasar hambre, las peleas pasarán a los ataques. Por eso nadie tiene una solución a este problema, y si la tienen callan, porque es imposible reemplazar las labores cotidianas actuales con robots dejando al ser humano de carne y hueso cada vez en mayor cantidad de gente sin manera de ganarse la vida teniendo que hacerse cargo al mismo tiempo de ellos. Mantener a una vasta población humana en mínimas condiciones de vida sería el peor desastre humano. De esta manera se gestaría una especie de humanidad de segunda categoría, inferior, pero muy peligrosa, porque esencialmente no hay esa especie de humano, especie que Aristóteles lo creía ver al justificar la esclavitud. Los más ricos y poderosos que gobiernan ahora el mundo tendrán que optar por la muerte y desaparición de una vasta cantidad de seres humanos que sobramos en este mundo si de alguna manera pretenden elevar el nivel de vida de la humanidad restante.

Desde mi punto de vista, este accionar ya se vislumbra en muchos países, especialmente en los que se denominan “en vías de desarrollo” en lo referido a la educación o escuelas de enseñanza. Cada vez el nivel de enseñanza es peor y ningún gobierno ni los directamente involucrados en ella (trabajadores, sindicatos, partidos gobernantes por ellos representados) ha podido mejorar la decadencia educativa general, la que abarca a toda la población de menores recursos, durante los últimos 70 años. Pareciera que a nadie le importa lo que pase, que se salve quién pueda. Y dicho proceder no puede ser fortuito, pienso que existe una dirección oculta que lo está llevando a cabo.

Al mismo tiempo, el nivel de mentiras y corrupción parecen multiplicarse como hongos entre la gente que accede a posiciones gubernamentales o se relaciona con ellas. La delincuencia, las bandas delictivas, la mafia organizada, el enorme crecimiento en las actividades criminales relacionadas con el consumo de estupefacientes van de la mano con la industria bélica de los países más poderosos, y nada de esto es para tomarlo a la ligera o de modo ingenuo, como suelen hacerlo los individuos, más que nada, para no amargarse la vida.

Por ello, personalmente veo que, como parte de la humanidad, nos encontramos frente a un límite propio de nuestra civilización, enfrentados a nuestra propia maldad e hipocresía, y donde cada quién de modo individual solo podrá superar este conflicto únicamente si existe otra existencia en otro plano a la cual pueda proyectarse. La integración de la humanidad es imposible en las circunstancias actuales, principalmente a causa de las diferencias mentales de cada individuo, no de sus necesidades, sino en la manera que piensa sobre ellas. Todos nos discriminamos solitos en este mundo, ubicándonos en éste o aquel bando comunitario o aislado. Las mentes más elevadas en algún momento tendrán que apartarse de los menos elevados, dejándolos para que solos lleguen a superarse. No hay manera de enseñar la elevación mental de las personas, es producto del esfuerzo de cada individuo lograrlo. Lo más interesante de este panorama, es que la mayoría que actualmente se encuentran en los grupos de poder y control del bienestar son los menos elevados, y muchos de clases sociales descalificadas, lo han alcanzado. Aquí no existe diferenciación por clase social. De allí que el problema actual es irresoluble aplicado al plano actual, porque la discriminación atraviesa los distintos estratos sociales. Lograr una humanidad unida, constructiva y satisfecha en el mundo es imposible, una utopía, claro, justamente a causa de las diferencias mentales de los individuos y grupos humanos organizados en instituciones de todo tipo.

Definir a una persona de “mente elevada” es fácil: se corresponde con aquellas personas que son pacíficas, nunca mienten, son responsables, se hacen cargo de sí mismos, constructivas en su entorno, no se quejan, no codician, no envidian, no se aprovechan de nadie, y principalmente, no ven la vida en este mundo como la única. Los de mente menos elevada también son fáciles de distinguir: son todos aquellos que afirman que el tipo de personas descrito anteriormente “son unos tontos”, porque para ellos, la vida actual es la única que hay y no existe nada más. Se consideran los más inteligentes, capaces, distinguidos, que merecen tener lo que tienen, obteniéndolo muchas veces a costa de dominar a otros, aprovechándose de ellos, lo que lleva a su vez a corromperse frente a sus mismos competidores, que juegan con las mismas reglas, imaginando con ello que así es el "ser humano", por eso hasta llegan a creer que se lo merecen justificando de ese modo su manera objetable de lograrlo, mostrando que solo les interesa ‘su propia justicia’. Aquí no importan los niveles de conocimiento e inteligencia, pues quienes más capaces son, usan su capacidad para aprovecharse de otros a quienes consideran “inapropiados’, o bien, “inadaptados” o “enfermos” por razones diversas.

Por ejemplo, escuché por el canal LN+TV una charla con Fernando Slezak, justamente tratando el tema de la inteligencia artificial. El contexto de la misma concierne a poder desarrollar computadoras lo suficientemente “inteligentes” que permitan detectar tempranamente cualquier “desviación” como trastorno cerebral de una persona escuchándola hablar, conversación que analizada por una “computadora inteligente” permita lograr un diagnóstico más temprano de una “potencial enfermedad” a fin de ser tratado mediante la medicina alopática antes que la misma degenera a estados 'patológicos'  más indeseables. El nivel de educación e inteligencia del entrevistado es indiscutible, no obstante, sus razonamientos están infestados de la Iglesia del Materialismo moderno, muy defendida en nuestro país por los más prestigiosos profesionales y científicos. Resulta desconcertante cuando Slezak identifica como enfermedades mentales a la depresión entre otras, fundando su opinión en las opiniones profesionales de médicos “siquiatras”, que desde mi punto de vista pueden ser muy buenos especialistas en agricultura pero totalmente infortunados para el tratamiento de la mente (prefiero un psi- y no un si-), pues de su desviación resultante por la confusión no cabe duda alguna, hecho evidente al considerar los “trastornos” mentales como meras anormalidades del funcionamiento del cerebro y no de la mente o alma humana. Es increíble el “patrón” establecido por esta comunidad parroquial, con lineamientos a los cuales buscan “ajustar a todos como norma” al definir como lo “normal” de referencia,  sobre el cual aprovecho de vez en cuando en tratar y denunciar en mi blog, al que lamentablemente a nadie le importa un bledo  Ver este tipo de expresiones me lleva a estar mucho más seguro del desastre que se avecina (en mi país y la mayoría del continente totalmente seguro), porque gente de este tipo al frente del avance científico en el mundo solamente podrá llevar a la humanidad a estrellarse contra una realidad que ellos mismos niegan completamente. Son jóvenes, sobresalientes, cultos, llenos de energía para llevar a cabo sus ideas, pero equivocados. Y los menos capaces abren los ojos y “aprenden” de personas como éstas, y ello porque no aparecen otros importantes e inteligentes profesionales que los cuestionen abiertamente. En el mismo terreno del mundo psi- existen ideas diametralmente opuestas a las que lamentablemente muchos han adherido por influencias de gente importante en el poder y el dominio de los medios de comunicación.

Debo respetar lo que cada individuo y la sociedad piensen a pesar de estar en desacuerdo con muchos de ellos. El tema es que no está en mi cambiar a las personas, decirles que “deben” pensar de tal y tal forma y actuar de determinada manera, porque simplemente no me escucharán, harán lo que cada uno de ellos ya ha resuelto. Además, estoy en completo desacuerdo con cualquier tipo de proselitismo, puesto que el desarrollo de cada individuo es solamente personal. Y consciente en creer en la existencia de otra vida posterior al ciclo actual, estoy seguro que en algún momento de sus vidas al menos recordarán, si me escucharon decirlo, que había otra persona que pensaba distinto a ellos en asuntos fundamentales de la existencia. Y quizás eso les sirva entonces, y de ese modo habré cumplido mi misión al tomarme el tedioso trabajo de explicarlo.

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